Asunción Loriente: “No piensas que tienes un hándicap por ser mujer”
Lydia Valentín o Adriana Cerezo son lo que son por otras atletas pioneras y por las que cuidan de su éxito desde el equipo técnico y médico. El COE las reúne en una jornada en su homenaje.
“Estar en el Comité Olímpico Español (COE) implica nervios”, confiesa Ruth Beitia notablemente ilusionada. La campeona olímpica en Río se sentaba junto a otras grandes atletas españolas. Las que ya se retiraron, las que ya formaron parte en Tokio y lo harán en París, y las que han hecho historia y se estrenan como pioneras en los próximos Juegos Olímpicos. Las tres ‘generaciones’: el pasado, el presente y el futuro de la mujer en el deporte.
Lydia Valentín, Ruth Beitia, Adriana Cerezo, Laura Ester, Laura Fuertes y Laura Heredia se reunieron en el COE, que, si ya estos días se vestía de olimpismo, añadía el componente de la mujer con motivo del pasado Día Internacional. La II Jornada Mujer y Deporte las tuvo como protagonistas de la primera mesa de tertulia.
Lydia Valentín se retiró de la competición profesional en septiembre de 2023, pero sigue mostrando la misma determinación de siempre. “Cuando empecé (en la halterofilia) no había tantas chicas, pero mi objetivo lo tenía claro”. Quien compartió este sentimiento es la portera de la Selección española femenina, Laura Ester: “Empecé a jugar a waterpolo por casualidad, antes no tenía ni idea. No se hablaba de las waterpolistas porque no salían en la tele”. Parecía que no hubiera deportistas porque no tenían visibilidad, lo que llevaba a que tampoco pudieran ser referentes para otras mujeres y niñas.
También está el caso de quienes crearon historia y fueron referentes, como Ruth Beitia, y también los tuvieron: “He tenido la suerte de que en atletismo siempre ha habido ejemplos”. La fortuna de quienes sí vivieron la experiencia de verse inspiradas por otras mujeres. Pero la fortuna también se crea. Laura Heredia, primera mujer española en conseguir una plaza en Pentatlón moderno para unos Juegos Olímpicos, los de París, afirmó: “Me estoy dando cuenta de que mi clasificación va a marcar un punto y aparte en el Pentatlón moderno y en poder inspirar a otros niños y niñas”.
Adriana Cerezo y Laura Fuertes tenían mucho que decir en este terreno, por practicar ambas deportes de contacto, generalmente asociados al género masculino. Lejos de lo que se podría pensar, la subcampeona olímpica de Taekwondo, consideró su deporte como algo sano: “Los y las atletas estamos igual contemplados: ves a chicos ver combates de chicas y a la inversa…”. Mientras que Fuertes considera que también ha habido progresión en ese sentido en boxeo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que son ambas atletas jóvenes y la lucha de la mujer por hacerse valer en el deporte ya había sido iniciada anteriormente. Como afirmó Cerezo: “He cogido el camino más allanado, eso facilita mucho el soñar con algo”.
El hecho de que se haya visibilizado a la mujer en el deporte y en los medios de comunicación, no evita que sigan recibiendo comentarios que desmerecen su trabajo. Lydia Valentín se mostró contenta con el trato igualitario entre los deportistas de su disciplina, pero si reconoció que al inicio suele haber “equívocos, por desconocimiento y por prejuicios”. Laura Fuertes coincidió, pero ante eso: “Oídos sordos, enseñar los resultados y reeducar”.
Y tan importante son las atletas como las mujeres del cuerpo médico y de fisioterapia, en el arbitraje o en los cargos de gestión y selección. Ellas también estuvieron presentes por ser ejemplo del ‘una mano no se lava sin la otra’. Los deportistas trabajan por llevar a lo más alto, pero siempre yendo con el equipo que cuida y vela por el bienestar de todos ellos.
Esa es la tarea de Mónica Solana, fisioterapeuta de la Federación Española de Natación que ha estado presente en cinco Juegos: “El trabajo de los fisios es un trabajo de ‘boxes’”; al igual que el de Manuela González, jefa de servicios médicos de la delegación española en París 2024: “Mi objetivo es ayudarles a mantener la calidad de vida”. Son figuras del deporte tan imprescindibles como sus protagonistas. A lo que Vanessa Chinchón, árbitro internacional de esgrima, añadió: “Echas muchas horas de dedicación, al igual que los deportistas”.
Elena Benítez, Directora Técnica de la Federación Española de Taekwondo y presente en hasta ocho Juegos también como entrenadora y deportista, reconoció que no siempre fue fácil el deporte para la mujer: “Cuando empecé a hacer deporte, era muy complicado”. Era complejo en todos los ámbitos, también en la posición de los cargos técnicos, donde a Mónica Solana le pidieron que “olvidara” lo de ser parte del equipo deportivo de alto nivel, algo que logró, pero que costó. En Sidney 2000 era la única mujer del equipo de 19 fisioterapeutas.
Pero, poco a poco, las mujeres han conseguido instaurarse como un ejemplo para muchas otras. Alejandra Quereda es una de las que más recientemente han marcado un precedente en este aspecto. Dejó el tapiz como gimnasta profesional en Río 2016 para convertirse en la seleccionadora nacional más joven de España, una transición que, dijo, fue por “un cúmulo de casualidades. Asunción Loriente, Presidenta de la Federación Española de Remo, puntualizó al respecto de la inclusión de mujeres en altos cargos deportivos: “Realmente no eres consciente de las dificultades, porque es posible que las haya, porque no piensas que tienes un hándicap por ser mujer”.
Ellas han hecho historia, cada una a su manera, para el deporte y el olimpismo español. Y lo han hecho por su valor: “Soy un referente sin querer. Solo hago mi trabajo lo mejor que puedo e intento dar ejemplo”, decía Vanessa Chinchón. Lo podría haber dicho cualquiera de ellas, porque todas desprendían pasión por lo que hacen. Como cerró Alejandro Blanco, presidente del COE: “Tenemos que presumir de entrenadoras, cuerpo técnico y dirigentes. Tenemos todo a la altura del mejor país del mundo y tenemos que enseñarle a todos la valía de las mujeres españolas del deporte”.