50 hombres y un destino: Atlanta
Oylmpia Fields, donde Rahm ganó en 2020 con un putt surrealista, marca desde este jueves el último corte antes de la final del PGA.
Olympia Fields, en tiempos de los felices años 20 americanos el club de campo más grande del mundo, con cuatro recorridos de 18 hoyos que quedaron en dos tras las penurias de la Gran Depresión, una propiedad que ha visto ganar a Walter Hagen o Jack Nicklaus, en definitiva una de las catedrales del golf estadounidense (su trazado norte es uno de los 22 que nunca ha salido de la lista de los 100 mejores de América que elabora cada año Golf Digest), vuelve a acoger desde este jueves el BMW Championship, la segunda parada de los playoffs de la FedEx Cup. En la periferia de Chicago (EE UU) se marcará el corte de 30 jugadores que disputarán la próxima semana el Tour Championship, la final del PGA.
Mucho ha cambiado el panorama desde que Jon Rahm se impuso, con un putt extraterrestre en el playoff ante Dustin Johnson, en este mismo escenario en 2020, el año en el que Olympia Fields entró en la rotación de este torneo junto al Wilmington Country Club de Delaware (cada año en uno de los dos), interrumpida la temporada siguiente cuando, con motivo de la pandemia, hubo que acomodarlo en Caves Valley. Entonces no existía el LIV, la bolsa de premios era sensiblemente menor (Rahmbo se llevó 1,7 millones, el campeón esta semana se embolsará 3,6) y jugaban los 70 primeros de la FedEx Cup tras el St. Jude, en el que entraban 125.
Esta vez el diseño de Willie Park Jr., dos veces ganador del British Open en el siglo XIX, lo transitarán los 50 hombres más regulares de la temporada. Todos ellos ya tienen asegurada la exención para jugar el próximo curso las ‘signature series’, el nuevo nombre de los ‘eventos designados’, el caviar del calendario majors aparte. Con los derechos de juego amarrados, el objetivo ahora está en ser uno de los 30 que viajarán a Atlanta, donde se repartirá el botín más lucrativo de la temporada: 18 millones para el ganador y un fijo mínimo de 500.000 dólares para todos los clasificados.
Podría llegar primero en la clasificación Jon Rahm, que la semana pasada se dejó en Memphis parte de la renta que tenía respecto a Scottie Scheffler y tendrá que defender los cerca de 150 puntos que le quedan de colchón. Aunque desde 2019 el campeón del Tour Championship es automáticamente también el de la FedEx Cup (hasta entonces podía darse la circunstancia, y en ocasiones se daba, como en 2018 o 2017, de que el ganador de la final no sumara en total los puntos suficientes para acabar primero en la clasificación anual), la cuestión no es baladí, porque ese año se introdujo también un sistema de recompensas por el que el líder comienza el Tour Championship en -10 (el segundo en -8, el tercero en -6...), y por tanto es quien parte con más opciones de llevarse el triunfo, que de ir al palmarés de Jon sería el primero de un español en el mejor circuito golfístico del planeta. El vizcaíno saldrá el jueves a las 21:38 de la España peninsular con el Scheffler.
“No sé si diferente es la palabra que utilizaría para describir mi juego de ahora en comparación con el de 2020. Lo que sí que puedo decir es que es mejor”, reflexionaba Rahmbo en la rueda de prensa previa al torneo acerca de qué ha cambiado en él desde aquella victoria. “Hasta ahora ha sido un gran año. Espero terminarlo como lo empecé. Juego todas las semanas con el único propósito de seguir mejorando. El premio al Jugador del Año se gana en el campo. De momento, voy en la buena dirección”, apuntó acerca de un galardón para el que es, junto a Scottie Scheffler, el principal candidato. Aunque no sea la narrativa principal en Illinois estos días, le quedan dos balas para afianzar su candidatura.