Wakeboard en la costa turquesa de Milos, un paisaje lunar
El talento del esquí acuático griego ha vuelto a superar sus límites. La isla de Milos ha sido testigo de su último proyecto: Water On The Moon.
Nikolas Plytas, la estrella griega de los deportes acuáticos se ha abierto paso por la costa turquesa y el paisaje lunar de la impresionante isla de Milos, únicamente con su tabla Prada Luna Rossa y sus pies descalzos.
El ateniense de 26 años comenzó en 2006 y, a los 19 años, conquistó el famoso naufragio de Elefsina realizando trucos sobre el casco oxidado. El año pasado, combinó snowboard y wakeboard en su emocionante proyecto multiterreno H2O. Esta vez, Plytas decidió poner el listón aún más alto, superando sus límites en los mágicos paisajes lunares de Milos, Sarakiniko y Kleftiko, donde logró volverse uno con el mar.
Observando las fotos que había tomado de las dos hermosas playas de Milos, su mente comenzó a divagar, creando imágenes de una línea completa que combinaría el agua, las rocas y la arena. "Cuando regresé de Milos, estuve despierto toda la noche imaginando y creando mi línea", confesó Plytas con una sonrisa.
El mágico paisaje lunar, con sus rocas de color blanco tiza, aguas azul celeste y cuevas estrechas, se convirtió instantáneamente en el lugar ideal para que Plytas contara su historia en una toma desafiante.
Era importante para él contar con el mejor equipo posible. Por eso, con la ayuda del equipo Prada Luna Rossa, quiso diseñar una tabla que mezclara el wakeboard y el esquí acuático; una tabla rápida, con bordes afilados y direccionales (diseñada especialmente para andar mejor en una dirección), que se mantuviera lo más estable posible frente a la alta velocidad. Todo ello combinado con su ropa Prada Linea Rossa.
“El equipo de Luna Rossa dio con la forma perfecta. La tabla me gustó desde la primera vez que la vi. Es más estrecha que una tabla de wakeboard, con cantos más afilados. Además, es realmente rígida, lo que ayuda a tener un control total sobre la misma”, explica Plytas, señalando que sus inspiraciones para el diseño incluyeron una variedad de deportes, como el snowboard, el surf o el esquí acuático.
Las horas de entrenamiento fueron interminables, pero Plytas se mantuvo fiel a su visón empezando con un salto desde un acantilado, aterrizando en el mar y colocándose en la posición correcta para deslizarse a través de una cueva.
“El proyecto también requería unas condiciones físicas intensas”, explica: "Hay muchos impactos, así que tuve que entrenar duro para enfrentar el desafío creativo que me había propuesto". “Hubo momentos de mucho miedo porque iba a unos 50 km/h y tenía la orilla a tres metros”, revela.
La confianza en las personas encargadas de remolcarlo a través de las estrechas curvas resultó ser crucial. Un trabajo en equipo para poder disfrutar de esta estrella del deporte saltando por un acantilado, despegando su tabla en el aire y aterrizando descalzo en el mar en una increíble secuencia de control. “Hice todo lo que originalmente había planeado hacer cuando diseñé esa línea. Estoy extremadamente feliz”, concluye.