El Barça defenderá el título en su cuarta Final Four consecutiva

El Barça volvió a ganar al Flensburg (27-24) con lo que la suma final contra los alemanes es muy favorable para el equipo español (58-51) en estos cuartos de final de la Champions, y estará en Colonia el 18 y 19 de junio en lo que es una racha de cuatro consecutivas, único equipo que no falla en este cuatrienio. Ahora bien, si la cita fuese la semana que viene, como era costumbre, apostaría al menos un euro a que el Barça no aparecería con posibilidades reales de defender el título que se llevó hace un año ante el Aalborg.

En esta vuelta ante el Flensburg bien se puede decir que ha sido uno de los peores partidos del año del Barça, porque el cuadro alemán se presentó con tantas bajas que no debería haber pasado apuros el equipo de Ortega para haberse asegurado la victoria bien pronto. Y no, un 10-10 al descanso impropio de una plantilla como la azulgrana que aún le daba vida al rival.

Ha quedado claro que Mem no tiene reemplazo (cuando se retiró unos minutos por una posible lesión enmudeció el Palau) salvo que le de descanso el extremo Janc; que los diestros de la primera línea en ataque no aportan lo que deben; que con los extremos se cuenta poco para definir; que Makuc otro año más es un diamante por pulir. Pero también que Ben Ali, el pivote temporal, cumple: balón que le llega es gol, y ha fallado un sólo lanzamiento en la eliminatoria completa jugando todos los ataques.

Es posible que se justifique la primera parte en que había que buscar un marcador corto, porque con la ventaja de la ida, esos cuatro tantos se converttían en cinco si no se llegaba a los 30 goles; que en un partido controlado el Flensburg no tendría opciones; que lo importante era no perder balones: 8 el Barça por 11 el cuadro alemán; y que lo realmente determinante es la clasificación.

Frente a lo irrebatible de la estrategia para ganar está el espectáculo que se pudo ver y no apareció, y las sensaciones que deja y que ahora no son buenas. Queda un mes para un cambio radical, dos choques en la Liga y la Copa Asobal. Es el tiempo que tiene Carlos Ortega para darle unos cuantos balones de oxígeno a su plantilla que parece alejada de su mejor nivel.