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GIMNASIA

Alina Kabaeva, la amante de Putin intocable por ahora

Una de las mejores gimnastas de la historia, relacionada con el presidente ruso, mantiene su patrimonio a salvo de las limitaciones de los países occidentales.

Alina Kabaeva, la amante de Putin intocable por ahora

El patrimonio de las hijas de Vladimir Putin en los países occidentales está siendo congelado como medida de presión al presidente ruso. Los oligarcas, socios, protegidos y amigos del presidente, tienen sus bienes embargados en medio mundo. Los deportistas rusos están vetados en las grandes competiciones internacionales. Las empresas rusas encuentran una cascada de problemas e inconvenientes para mantener sus negocios internacionales. Y, sin embargo, Alina Kabaeva parece intocable, como si la relación de la amante de Putin no fuese un inconveniente para ella.

Alina (38 años) fue una las mejores gimnastas de rítmica en su época, entre 1996 y 2007. Oro y bronce entre dos Juegos Olímpiocos, y 15 medallas mundiales y 24 europeas. Con la cinta y las mazas no tenía rival fuera de Rusia. Además, de una belleza exótica que enamoró a Putin.

En 2004, cuando Kabaeva aún competía, cuando ya estaba olvidado el dopaje en el Mundial de Madrid en 2001, en Moscú se escribió que Putin, aún casado con su esposa Ludmila, iba a divorciarse para unirse a la gimnasta. La noticia se desmintió, y no se volvió a saber nada con seguridad al respecto.

Tras su retirada, Kabaeva entró en política, y fue diputada de la Duma por el partido de Putin hasta 2014, cuando pasó a dirgir un emporio de comunicación que controla las informaciones en el país con un sueldo anual estimado de más de 10 millones de euros. En 2015 estuvo en Lugano, donde se dice que dio a luz a uno de sus hijos con Putin.

Ahora, durante la invasión de Ucrania, los medios estadounidenses han situado a Kabaeva en Suiza, en alguna villa bien cubierta tal vez de los Alpes, y su nombre sigue a salvo de todos los embargos de cuentas importantes de los rusos. Intocable pese a, se supone, ser un persona instrumental de la fortuna de Putin que también a ella beneficia. Con todo, y pese a las presiones, sigue al margen de que los países la señalen.