El Barça, a lograr en Pamplona su duodécima Liga consecutiva

En agosto de 2021 los cabalistas matemáticos aficionados al balonmanlo concluyeron que si la Liga resultaba muy igualada por la segunda plaza el Barça sería campeón a falta de siete u ocho jornadas; en condiciones normales, a falta de seis; en los demás supuestos se la llevaría a falta de cinco o de tres jornadas para el final de la competición. Lo normal, según los números, es que este sábado en Pamplona (12:00, Gol tv) levante la Liga ante el Anaitasuna, la duodécima consecutiva si vence al Anaitasuna, o si pierde y también cae en el Bidasoa y no gana el Granollers.

Si el Ademar no hubiese dimitido en la primera vuelta y el Logroño en la segunda, el Barça hubiese sido campeón a falta de ocho jornadas; y si la oficina del club no hubiese estado despistada ante el Torrelavega (perdió por alineación indebida), a falta de seis. Por lo que parece, aunque la lucha por el segundo puesto está resultando interesante (Bidasoa y Granollers), será con el margen menos amplio de los que se esperaba,

Carlos Ortega ha convocado a toda la plantilla, los 16 jugadores, más a Pablo Urdangarín (uno se quedará en la grada) para disputar un encuentro en el que cinco jugadores ganarán su primera Liga en España: Ángel Fernández (campeón en Polonia), Leo Maciel, Richardson, Ben Ali y Ali Zein, más Pablo Urdangarín, intermimente con el primer equipo.

Carlos Ortega, campeón liguero como jugador del Barça, ha ganado tres títulos en Hungría, con el Veszprem, y será el cuarto entrenador azulgrana que lo consiga este siglo, tras Valero Rivera (una), Xesco Espar (una), y Xavi Pascual (once seguidas). Es decir, de los 20 títulos que ha conquistado hasrta ahora 11 han llegado en la racha actual, que sigue viva y no se ve a corto plazo un equipo que la pueda romper.

Todo eso sin olvidar que el Anaitasuna no es un convidado de piedra, aunque lleva tres derrotas seguidas y ha perdido la frescura con que jugó en la Copa del Rey en Antequera, donde perdió por tres goles ante el Barça (35-32), recurrió por alineación indebida, pero por una interpretación del reglamento no le dieron la razón, aunque al menos generó desconcierto y desconfianza otrea vez en la oficina barcelonista.