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PÁDEL | WPT VIGO OPEN

Navarro-Di Nenno y Sánchez-Josemaría estrenan título

Las dos parejas masculina y femenina, números dos del ranking, suman primer torneo ante los que son los líderes de la clasificación respectiva

Navarro-Di Nenno y Sánchez-Josemaría estrenan título

El Open de Vigo, el tercer torneo de la temporada, estrena campeones del WPT 2022, los terceros en la categoria masculina (Paquito Navarro y Martín di Nenno) y la segunda en femenina (Ari Sánchez y Paula Josemaría). Paquito y Martìn estaban en su primera final del año; Ari y Paula habían perdido las dos anteriores, precisamente ante sus rivales de este domingo, Alejandra Salazar y Gemma Triay.

En el caso de Paquito y Martín, Vigo (donde en 2021 perdieron la final) tal vez marque un punto de inflexión para ellos después de su paso errático por Miami y Reus que ponía en peligro sostener el número dos del ranking. Y en la final han tenido que luchar con los número uno, Galán y Lebrón, finalistas en Reus, que vengaron la derrota allí ante Sanyo y Tapia dominándoles en la semifinal del sábado.

La salida de la pareja española fue arrolladora, y poco hacía presagiar que el argentino Di Nenno (acabó las semifinales cojeando por cullpa de sus calambres en las piernas ya habituales) y el sevillano Navarro pudieran levantar el vendaval de ese 2-6 de entrada. Sin embargo, como en el choque ante Ruiz y Stupaczuk, sacaron su casta competitiva, colaboró Di Nenno y atacó Paquito como si no hubiede mañana: 6-3 y 6-4, con la sensación de que a Galán y Lebrón les cuesta mucho trabajo sobreponerse en las situaciones adversas.

Ari y Paula, seis finales cedidas ante Alejandra y Gemma, y con las dos primeras del año perdidas en el 2022 ante las número uno, llevaban camino de otra derrota, pero todo cambió cuando Salazar y Triay tenía en sus manos decidir el primer set. Por esas cosas del pádel remontaron Ari y Pâula se llevaron la manga (7-5) y el partido (6-3) en un recta final en la que Alejandra Salazar sufrió algunos problemas físicos. Fue una revancha qaue garantiza una competitividad tremenda entre las dos parejas que monopolizan las finales.