Perales ayuda a la ucraniana Akopyan a llegar a España
La nadadora paralímpica Teresa Perales recibió en Zaragoza a una de sus mayores rivales en la piscina, la ucraniana Olena Akopyan, a la que ayudó a llegar a España.
La nadadora Teresa Perales, deportista española paralímpica más laureada con 27 medallas en seis Juegos, recibió este jueves en Zaragoza a una de sus mayores rivales en la piscina, la ucraniana Olena Akopyan, a la que ayudó a salir de su país junto a sus hijos para comenzar una nueva vida lejos de la guerra. Olena Akopyan también es una de las grandes deportistas paralímpicas, durante años tuvo una bonita rivalidad en el agua con Teresa Perales y cuenta en su palmarés con 15 medallas (13 en natación, una en biatlón y otra en esquí de fondo) hasta su retirada profesional en 2008.
Olena vivía en Brovary, a 20 kilómetros de Kiev, la capital ucraniana que ya está siendo bombardeada por el ejercito ruso. Cuando comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Olena, que va en silla de ruedas debido a su paraplejia, recorrió 736 kilómetros durante 27 horas seguidas conduciendo, con destino a un centro paralímpico de rehabilitación en Lviv Oblast, en la región de Leópolis, cerca de la frontera con Eslovaquia y Polonia, dónde pudo estar a salvo momentáneamente y empezó a organizar su exilio a España junto a Perales.
"Después de días de incertidumbre y de mucho miedo por sus vidas, Olena y sus hijos ya están conmigo. Agotados, pero a salvo. Cuando empezó a escuchar las bombas, cogió todo lo que pudo y comenzó una odisea de huida para salvar a sus hijos. Es un auténtico ejemplo de valentía y voluntad sobrehumana", dijo Teresa Perales, a través de sus redes sociales. Al conocer la necesidad de Olena, la nadadora aragonesa empezó a moverse entre sus contactos y a buscar la manera de ayudar a su amiga para traerla a España.
"Desde el centro paralímpico organizamos cómo venir a España. Estuvieron diez días allí con unas 125 personas más, 40 niños y 3 bebés. 15 personas en silla de ruedas", confesó Perales, que declaró que a partir del decimotercer día, cuando "volvieron a escuchar las bombas" desde el centro deportivo, tomaron la decisión de "seguir huyendo". "Decidieron cruzar la frontera y recorrer 2.700 kilómetros hasta Zaragoza. La primera noche duermen en el coche porque no hay hotel disponible. Tres días de viaje después, por fin a salvo. Mucha gente como ella necesita nuestra ayuda. Abramos nuestras casas y nuestros corazones. Colaboremos con las organizaciones que trabajan allí. Nos necesitan", dijo Perales. A su llegada a España, la Policía Nacional le ha facilitado una tarjeta de identificación para personas desplazadas por este exilio y que le permite contar con tarjeta sanitaria y que sus hijos puedan ser escolarizados.