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JUDO

El salto de Niko tras el "palo" de los Juegos Olímpicos de Tokio

Niko Sherazadishvili, bicampeón mundial de judo, se marchó del Budokan destrozado tras estar lejos de las medallas. Ahora, sube de los 90 a los -100 kilos. "Pasaba mucha hambre".

Madrid

 MAS DEPORTE  21/22
DANI SANCHEZDIARIO AS

Destrozado. La mirada vacía. Pidiendo perdón a su técnico Quino Ruiz. Así se marchó Niko Sherazadishvili el verano pasado del Budokan en los Juegos de Tokio, del templo de judo al que había llegado convencido de que iba a colgarse una medalla. Bicampeón del mundo en -90 kg (2018 y 2021), se quedó fuera de la lucha por el bronce (al oro ya no podía optar) al perder en la repesca contra el uzbeko Davlat Bobonov. El mago que llegó a Brunete (Madrid) desde Georgia con 13 años, sólo tenía en su mente el podio y no poder subir a él fue "un palo".

"Pero de los palos también se aprende", sonríe ahora, con 25 años. "Estuve tres semanas con mi familia en Georgia, sin hacer nada. Sin hablar de judo. Es imposible que yo vaya a un sitio y no me entrene... y me preocupé mucho de no meter el judogi ni ropa deportiva en la maleta. Me vino muy bien", cuenta sobre el duelo deportivo que tuvo que afrontar. "No me curé de un día a otro. Ha sido muy duro superarlo y no he conseguido quitármelo del todo de mi cabeza. Pero no puedo lamentarme del pasado", sigue.

Para el ciclo de París 2024, su reto es triunfar en otra categoría. Sube de -90 a -100 kg. (aún hay otra por encima, de +100). "¡Pasaba mucha hambre! Estaba al límite de porcentaje de grasa. Quiero participar en los dos próximos Juegos y eso exigía hacer las cosas con cabeza para preservar la salud. Estar siempre jugando con el peso puede llegar a resultar peligroso. Hay gente que lo critica ahora, pero yo y mi equipo confiamos en que pronto estaré muy bien y como número uno mundial", advierte. A Tokio llegó como número uno libra por libra, de todas las categorías.

El salto de Niko tras el "palo" de los Juegos Olímpicos de Tokio

Esas críticas pueden venir porque sus dos primeros compromisos en -100 kg se han saldado con derrotas en primera y segunda ronda (Gran Premio de Portugal y Grand Slam París). "Me está costando, y pasarán más meses hasta que le coja el aire a la categoría ya los rivales. Pero lo más importante este año es el Mundial (en Tashkent, Uzbekistán, en octubre) y la clasificación olímpica arranca en junio. Hay tiempo", relata.

LA BÁSCULA

Niko está dando 98 kg. sobre la báscula, mientras sus rivales andan por los 105 (para el pesaje se baja mucho y después se carga el organismo y se rehidrata para salir con ventaja en el cuerpo a cuerpo). "Igual necesito un año entero para coger cuatro o cinco kilos de músculo limpio, que es de lo que se trata, no de ganar por ganar", cuenta con positividad en su discurso, sin la nube negra sobre su cabeza con la que se fue de Tokio. "¡Así que toca levantar muchas pesas y comer mucho!", se ríe. Adiós al hambre. El palo de Tokio no le ha quitado el humor. Ni la ambición. En París 2024 toca revancha.