La FIP espera una sentencia que libere a los jugadores del WPT
Intenta demostrar que la condición de exclusividad sería nula porque supondría una situación de monopolio
EI silencio se ha instalado en el pádel profesional, que la semana próxima abre la temporada con un torneo de exhibición en Acapulco, para el día 22 de este mes disputar en Miami (Florida) el primer torneo de la campaña más larga, intensa e internacional de la historia del WPT, y con la amenaza del Circuito que promueve la Federación Internacional de la mano de Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG y de una agencia inversora catarí.
WPT declina hacer declaraciones, y recuerda que los jugadores tienen un contrato de dos años más con el Circuito. Los profesionales, por su parte, con Alejandro Galán como presidente de su Asociación de Jugadores, expresa que "nosotros queremos cumplir los compromisos con una empresa que tanto ha hecho por el pádel", dice el número uno del ranking mundial, preparando las maletas para iniciar la defensa de su liderazgo. Sin embargo, esa paz teórica entre las dos partes no es una balsa de aceite si se rasca un poco.
De un lado, WPT ha enviado cartas a todos los jugadores profesionales recordándoles lo que suponen "los daños y perjuicios" que podría solicitar en el caso de incumplimiento de contrato, y que a los primeros jugadores les exigiría una indemnización de medio millón de euros.
La otra parte, la que quiere iniciar el Torneo Mundial auspiciado por la FIP que preside Luigi Carraro, trabaja para conseguir que se declare ilegal el contrato de exclusividad que han firmado los jugadores con WPT bajo varios argumentos, sobre todo el de luchar contra lo que podría ser un monopolio que excluye la libertad de competencia.
La FIP espera conseguir que los jugadores puedan disputar los torneos que no coincidan con la planificación del WPT, lo que con el contrato en vigor de entrada no es posible, aunque los jugadores no tienen contratos laborales, y por tanto se entiende que en la Comunidad Europea no se podría mantener esa exclusividad.
El silencio de los jugadores tiene una explicación: los que en su día escucharon la oferta del Circuito de Montecarlo recuerdan que en aquel intento de buscar otras opciones fueron sancionados por WPT reteniéndoles el 10 por ciento de sus premios, y aunque no parecía una decisión muy ajustada a derecho, ninguno acudió a los tribunales para defenderse ante la decisión unilateral.