Shields aplasta a Kozin y Marshall la provoca con 'una cabezada'

Claressa Shields nunca falla. La estadounidense es una máquina cuasi perfecta y en 12 combates como profesional siempre ha logrado ganar. El último triunfo lo sumó este sábado en Cardiff. Ema Kozin resistió diez asaltos, su mayor mérito, y es que la estadounidense la aplastó desde el primer segundo. El pleito se fue a los puntos, Shields ganó por clara decisión unánime (triple 100-90) y eso le sirvió para cumplir el plan previsto. Retuvo los Mundiales WBC, WBA e IBF del peso medio, se presentó al público británico y se retó con Savannah Marshall. La inglesa es la única oponente que ha logrado derrotar a 'T-Rex' (en su etapa amateur) y ahí estaba el morbo de este combate.

Marshall vio el pleito en primera fila y cuando las cámaras la enfocaron hizo que se dormía. Poco se pudo achacar a la campeona y de este modo la local intentó caldear el ambiente. Una vez finalizado el combate se juntaron en el ringsite. Primero chocaron puños, luego cruzaron palabras... y acabaron retándose cara a cara. Nada inesperado. La mente de ambas está en junio, pero antes Savannah debe cumplir. Expone el Mundial WBO del medio el 12 de marzo. Si gana habrá revancha. Con mayor o menos espectáculo, Shields cumplió y ahora le toca a ella.

En lo puramente deportivo, Shields volvió a ser un torbellino. Kozin salió valiente, intentando sacar trabajo, pero la estadounidense tomó el centro del ring y fue contragolpeando. Es veloz e inteligente, no se le puede pedir más. Poco a poco fue metiendo manos claras y desde el tercer asalto la superioridad era clara. Claressa es diésel y mediado el combate se vio. Las manos cada vez entraban en ráfagas más largas (llegó a encadenar 19 golpes consecutivos). Era muy superior y Kozin se dedicó a aguantar el castigo. Muy superior. Solo le faltó el KO para una noche de 10, tuvo opciones, pero la pegada no es una de sus señas de identidad. La carrera para ser la GWOAT es muy dura, y más el con el Taylor vs Serrano del 30 de abril, pero Shields no baja el pistón. Estamos ante una púgil irrepetible.