María Vicente es una atleta superlativa cuyos límites de rendimiento se vislumbran en un futuro aún muy lejano. 178 centímetros de altura y 68 kilos de peso que conforman un cuerpo hecho ex profeso para muchas de las especialidades del atletismo. La catalana, nacida en Hospitalet de Llobregat hace 20 años (28/03/2001), que entrena el maestro Ramón Cid y que vive en San Sebastián (estrena licencia guipuzcoana en 2022) ha comenzado el año de forma espectacular.

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En apenas tres semanas que llevamos del nuevo año, María ha hecho marca personal en 60 metros por doce centésimas (7.49 por los 7.61 que tenía), en 200 metros por medio segundo (23.34 por 23.88) y en salto de longitud por 15 centímetros (6,70 por los 6,55 que tenía). Los registros en 200 y longitud le sitúan momentáneamente como líder del ranking mundial, si bien este dato en enero es puramente anecdótico.

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Mucho más importante es ver que Vicente ha comenzado la temporada indoor dando varios saltos adelante lo que es muy prometedor en un año tan importante con dos campeonatos del mundo, dos de España y uno de Europa. A finales de febrero irá al Nacional bajo techo en Ourense con la premisa de batir los 4.501 puntos que logró en Gallur 2021 y tres semanas después (18-20 de marzo) puede aspirar a una posición relevante en el Mundial de Belgrado si en sus dos grandes caballos de batalla, el peso y la altura, mejora como lo sigue haciendo en el resto puede catapultarla en el pentatlón antes de inicial la temporada al aire libre y pensar en el heptatlón.