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NFL

La noche más amarga de Brady

Los Saints dejaron sin puntuar 15 años después al mítico quarterback y a su equipo, el campeón de la Super Bowl, algo que no les pasaba desde 2012.

Tom Brady.
Nathan Ray SeebeckUSA TODAY Sports

De la gloria prevista al desastre final. La noche se presentaba color de rosa para los Tampa Bay Buccaneers y su estrella Tom Brady. El quarterback más laureado de la historia, el GOAT de la NFL, afrontaba al mando de su equipo, el vigente campeón de la Super Bowl, el partido ante los Saints con el premio de que un triunfo les daba el pase a los playoffs y el primer título de la NFC Sur desde 2007. Todo estaba listo para otro momento especial de la carrera del californiano de 44 años... pero la defensa de New Orleans sentó cátedra en el tereno de juego y liderados por Cameron Jordan aguó la fiesta de los bucaneros en el Raymond James Stadium de Florida para vencerles por 9-0.

Brady perdió un balón, recibió varios 'sacks', cerró el partido con un pase interceptado... y acabó muy cabreado. El jugador, que siempre parece controlar los nervios, no pudo ocultar su enfado al llegar al banquillo y una tablet pagó la gran defensa visitante ya que Tom explotó estampando con la mano izquierda el aparato electrónico contra el metal.

Más allá de la derrota, el cero en el marcador del conjunto liderado por Brady supuso la ruptura de dos larguísimas rachas de partidos puntuando, tanto para el equipo de Tampa como para el propio jugador. La última vez que que los Buccaneers se fueron sin sumar ni un punto fue el 16 de diciembre de 2012 cuando cayeron estrepitosamente por 41-0, precisamente, frente a los Saints.

En el caso del único ganador de siete anillos en el fútbol americano rompió una concatenación de 255 partidos que perduraba desde diciembre de 2006 cuando los Dolphins doblegaron a los Patriots, el entonces equipo del marido de la supermodelo brasileña Gisele Bundchen, por 21-0. De esta forma, Brady pierde la oportunidad de acercarse a uno de los escasos récords que le faltaban por destrozar: los 304 encuentros que acumuló Drew Brees.