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RUGBY

Industriales: 50 años de un clásico del rugby madrileño

El equipo de Las Rozas cumple cinco décadas de crecimiento exponencial, que ha conseguido conjugar con su espíritu de club familiar.

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Industriales: 50 años de un clásico del rugby madrileño

Hace ya 50 años de un día (no hay acuerdo sobre en qué fecha exacta) de 1971 en el que un grupo de jugadores del equipo de rugby de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid decidieron formar un club con base en Las Rozas. Lo llamaron, cómo no, Ingenieros Industriales.

Hoy en día es una de las organizaciones con más tradición en este deporte de la Comunidad de Madrid. Una gran familia formada por cientos de chavales y padres involucrados que se estructura en cuatro equipos de categoría sénior, sección femenina, otra inclusiva en la que juegan personas con distintas discapacidades y la escuela. El crecimiento ha sido exponencial, pero han mantenido su identidad de club formador y cercano.

Un buen ejemplo de ello es Pablo Riva, tercera línea de la primera plantilla. Empezó con el fútbol, pero un año en Inglaterra le descubrió el rugby. De vuelta a España fue a Industriales y con 19 años ya se ha hecho un hueco entre los mejores. Este año, motivados por el aniversario, han empezado fuerte y son segundos de su grupo en División de Honor B. "Es un buen año para representar todo lo que se ha conseguido en los 50 anteriores", dice Riva, que cree que lo mejor del club es "quienes están allí es porque quieren". "La mayoría se quedan de por vida. Es nuestro orgullo. Creamos conexiones más allá del campo. Es una comunidad dentro y fuera del rugby", subraya.

Otro que representa bien la filosofía Manuel Amador, toda una vida ligada a Industriales. Rollo, como le apodan, celebra que sigan vigentes mientras otros "han desaparecido o se han fusionado". Como Pablo, cree que la clave son "las relaciones" que se forman entre todos los miembros del equipo. "Nuestra misión siempre fue tener un club del mayor nivel posible, pero familiar", explica. Un buen ejemplo, expone, se dio en lo peor de la pandemia, cuando el cuerpo técnico hizo "un gran esfuerzo" para mantener a los niños de la escuela enganchados por vía telemática. Rollo cuenta que el calendario de actividades de este cumpleaños, por suerte con la situación más controlada, durará toda la temporada. Habrá un libro conmemorativo y, cuando se pueda, "un gran fin de fiesta". Lamenta que algún veterano se lo pierda por culpa del virus. Pero por eso mismo, opone, hace aún "más ilusión".