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BALONMANO | CHAMPIOS LEAGUE

Talant Dujshebaev vuelve a derribar las murallas del Palau

El Kielce era el último equipo que en Europa había ganado en la pista del Barça. Seis años después repite la gesta y por la misma diferencia

Talant Dujshebaev vuelve a derribar las murallas del Palau

Seis años después Talant Dujshebaev repite la historia, y también al frente del Kielce polaco derriba las murallas del Palau que no veía perder a su equipo desde que cayó en 2015 frente a este mismo rival. En aquella ocasión fue 31-33, y ahora 30-32, y vuelta a casa con el liderato del grupo. El Barça tiene por delante unos días para preparar la revancha, porque la semana próxima se repite el partido en la pista de los polacos.

El Barça perdió porque ahora mismo le falta fuelle. No está fresco ni tiene rotaciones para darle aire a sus hombres. Fabregas no tiene respiro, y el poco que se dio Parera lo acusó el ataque azulgrana. Es cierto que volvia Cindric, primer partido en dos meses, luego nada más se le puede pedir. En general al Barça le salvaron sus dos tiradotes franceses, Dika Mem y Timothy N´Guessan, pero en este día no tuvo la colaboración de su portería. No fue una jornada brillante de Gonzalo Pérez, y eso lo acusaron los suyos.

Talant Dujshebaev siempre se excita ante los partidos en el Palau. Son los encuentros que prepara con mimo. Cuando llegó a España le inyectaron en vena su rivalidad con el Barça, y ese aprendizaje no lo puede aparcar. Por eso vivió la victoria con la intensidad de un juvenil, pero se vio durante mucho tiempo ganador, desde que sus hombres remontaron la escapada inicial del Barça (9-6) para acabar con un 16-19 al descanso. Tiene mucho talento en la primera línea, y en los dos contra dos la calidad de Álex Dujshebaev y Karacic siempre inventa pases decisivos. La aportación de los extremos en la circulación (Nahi y Moryto) fue otro factor desequilibrante.

El Barça estuvo atropellado y maltratado, pero no hundido. Reaccionó, recortó las diferencias, se puso a un goi en los últimos cinco minutos, y entonces el alemán Wolf (excelente) hizo su parada decimoquinta y definió el partido, el qur era el 500 del Barça en Europa, una cifra redonda que entra en la historia del Kielce.