"Me molestó mucho que se dijera que tenía crisis de ansiedad cuando no era así"

Teresa Perales pasó por los micrófonos de El Larguero de la Cadena SER antes de recibir este viernes el Premio Princesa de Asturias de los Deportes en reconocimiento a su trayectoria deportiva y donde destacan las 27 medallas conseguidas en los Juegos Paralímpicos, quedándose a tan solo una del récord de Michael Phelps.

La nadadora zaragozana dio algunas pistas de lo que tiene pensado decir en su discurso. "Hablo desde el corazón. Tengo más o menos controlado lo que voy a decir. Al final leeré un poco para no olvidarme nada, pero es un discurso que he hecho desde el más absoluto cariño y respeto. He visto quiénes me han precedido en el premio y lo he seguido durante muchos años. Soy consciente de la grandeza de los deportistas que han pasado por aquí y formar parte de ese elenco hace una ilusión tremenda".

Perales también hizo balance de lo que supuso la conquista de la medalla paralímpica número 27 en su palmarés tras una preparación muy difícil por una luxación en el hombro. "La medalla 27 fue muy celebrada, tanto como si hubiera sido la primera que ganase. Me ha costado muchísimo llegar hasta allí y superar la luxación de hombro contra todo pronóstico. En un principio la idea era entrar en las finales, pero luego vi que estaba bien, que mi cuerpo reaccionada bien y me dije 'ostras, voy a intentar que no quede nada por tirarme a la piscina y lo hice con toda el alma'. Y al final logré la medalla de plata. Estoy a una de alcanzar a Michael Phelps y estuve cerquita, por centésimas de segundo. Pero así ya tengo excusa para seguir".

Sin embargo Perales lamentó el trato que se hizo en algunos medios sobre los problemas de salud que sufrió antes del final de los Juegos Paralímpicos y que le hicieron permanecer ingresada en un hospital de Tokio y luego en un hospital de Madrid, y que la propia Perales quiso revelar. "Hubo informaciones erróneas que decían que tenía crisis de ansiedad o depresión. Algunos incluso hablaron de meningitis o cáncer, enfermedades muy gordas. Tuve crisis convulsivas y espasmos que hacían que mis brazos se movieran de forma descontrolada y que no hubo forma de ponerle remedio. Estuve bastante malita. Nueve días en Tokio, diez en la UCI en Madrid y otros días más en planta. Fue un susto muy gordo pero que afortunadamente se ha quedado en eso y ahora está controlado, con medicación, pero sin diagnóstico y no se sabe si lo conoceremos. Tras el 4x100 terminé hecha polvo, me quedé boca arriba y no podía girar. Pese a que mis compañeras me animaban sabía que las cosas no iba bien. Al día siguiente no pude estar bien pero esa noche ya empezó todo. Y a partir de ahí te puedo contar poco, porque perdí el conocimiento".

La nadadora también se sintió molesta por cómo se trató en los medios su problema de salud cuando se afirmó que sufría un cuadro de ansiedad, algo que ella niega de forma rotunda. "Me molestó mucho que se dijera que tenía crisis de ansiedad porque me enteré tarde. Me decía '¿pero por qué han dicho esto? Se había filtrado una información incorrecta y además es un dato médico. Si hubiera sido una crisis de ansiedad, lo habría dicho sin ningún problema.Entra dentro de lo normal que le puede pasar a cualquier persona. Y este año ya hemos tenido el caso de Simone Biles, que es muy valiente y lo ha reconocido. Me da la impresión que me metieron en el mismo saco. Lo de la crisis viola un poco la intimidad. Primero porque era algo erróneo y me fastidia. Y segundo porque ha habido gente que se ha quedado con esa información y no ha ido más allá. Y por la calle me dicen 'Ay, es que yo también te entiendo porque también lo pasé'".