Un Bidasoa diezmado le plantó cara a un Barça inexorable
Carlos Ortega tuvo que retirar a los jóvenes en los últimos minutos para evitar cualquier sorpresa en la recta final.
Lo que se intuía un paseo del Barça en Irún, porque al Bidasoa le faltaban Azkue, Aginagalde, Salinas y Renaud, no es que acabese en un sufrimiento para los barcelonistas, pero sí resultó un encuentro entretenido y con interés hasta el final porque el cuadro de Cuétara no se entregó nunca, recuperó las diferencias, y mostró que tiene talento en sus equipos inferiores (Urruzola, Furundarena) : 26-32 (11-16).
La diferencia de calidad definió el encuentro, sobre todo porque entre Gonzalo Pérez y los laterales, Langaro, Mem y Richardson, le hubiese bastado al Barça en cualquier otra cancha. No en Irún, donde el Bidasoa mandó los primeros 15 minutos, y luego fue cayendo por pequeñas rachas azulgranas para marcar las diferencias.
Eso sí, el Bidasoa juega, tiene muchos movimientos e imaginación, y sobre todo un creador como Odriozola. Normalmente su puesto es extremo derecha, pero sin Salinas tuvo que jugar de lateral, aunque se mueve por donde quiere. Algo tendrá que estudiar su entrenador para que mantenga esa actividad cuando vuelva al extremo donde, para bien de su equipo, no debería quedar amarrado.
Por inercia, el Barçá fue tomando diferencias, con lo cual Ortega mandó la pista a jugadores del Barça B que completan la convocatoria por las bajas, pero en la recta final, cuando el Biadsoa rebajó los siete tantos (20-27) a cuatro, mandó a los titulares a la pista, y Parera y Palomino otra vez al banco. No es por señalarlos, sino para evitar sustos.