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BALONMANO

Hombrados: "El tiempo de este niño grande ha terminado"

Arropado por Enrique Cerezo, Domingo Díaz de Mera, Paco Blázquez y Talant Dujshebaev, explica su retirada a los 49 años,

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Hombrados: "El tiempo de este niño grande ha terminado"
CHEMA DIAZDIARIO AS

En un salón de la Universidad Camilo José Cela, en un acto entre amigos y arropado por Enrique Cerejo, el presidente del Atlético de Madrid ("era el presidente de la sección de balonmano cuando me fichó en 1990 y me hicieron atlético para siempre"), Domingo Díaz de Mera, el que fuera presidente del Ciudad Real, Talant Dujshebaev ("un hermano para mi") ahora entrenador del Kielce polaco, y Paco Blázquez, presidente de la Federación Española, Joseja Hombrados (Madrid, 1972), anunció que era un día agridulce, pero que lo deja: "Siempre he sido una especie de niño grande, alegre y optimista, y con dolor, tengo que decir que mi tiempo ha acabado. Desde ahora jugaré con los amigos, porque los deportista no podemos dejar toda la actividad, que nos va mal, pero la competición ha concluido".

Leyó unos cuantos folios para dar las gracias a las personas que han pasado por su vida en "treinta años de profesional, en la que tanta gente ha influido". Por eso evitó los nombres propios, aunque no pudo evitar señalar a Ernesto Enríquez "que fue el culpable de todo, el que más ha confiado en mí desde que me descubrió a los nueve años, y quen me inculcó la humildad y el amor por el balonmano en el colegio SAFA", explicó Joseja, que recordó al también desaparecido Juan de Dios Román que le hizo uno de sus regalos más preciados, llevarle a los Juegos Olímpicos con los que ganó la plata olímpica.

-¿Dado que lo ha ganado todo en la competición de clubes, cinco Champions y siete Ligas, con cuál de todos los éxitos se queda como más relevante?

-Es que a lo mejor es tan importante la Copa Asobal con el Ademar que la Copa de Europa con el Teka. Todos los triunfos son relevantes, todos, pero a lo mejor el Mundial del 2005 es el colofón de todo ello, por el campeonato y por todo lo que estaba pasando, la irrupción del Ciudad Real, mi vida deportiva, todo. Es el año más feliz de mi carrera.

-¿Por qué pone ahora el punto final?

-El Guadalajara me ha dado la oportunidad de seguir en activo en los últimos años, y firmaba temporada a temporada. En las rectas finales de cada año siempre tenía dudas, porque te llevabas desilusiones con las derrotas, y acababas agotado porque ya estás en una edad que un año cuenta por tres. Pero siempre había un clic que me decía sigue. Este final de temporada no ha existido ese clic. Así de simple.

-¿Cuando jugó en Granollers en el fin de la temporada ya sabía que era el último partido?

-Prácticamente, sí. Pero no quise decir nada. No deseaba poner el ojo mediático en mi adiós aunque fuese un partido intrascendente. Lo que me duele es dejar al equipo en la B, descendido. Por un momento era el reto de seguir para devolverle a la Asobal, pero voy a ser sincero, aunque la gente dijese que seguía siendo útil, yo notaba que el equipo necesitaba algo más, y ya no era capaz de darlo.

-¿Está contento con su carrera?

-Soy un privilegiado. Si alguien me hubiese dibujado esa carrera cuando empezaba seguro que no la hubiese hecho tan completa.

-También habrá tenido malos momentos.

-Una carrera deportiva está plagada de altibajos, claro. A los cuarenta años, en el Atlético de Madrid, sufrí una rotura de ligamentos cruzados. Pensé que era el fin, y lo hubiese sido de no haber tenido por entrenador a Talant Dujshebaev que es mi otro hermano mayor, por sus ánimos, por sus consejos de tantos años. En muy impontante en mi carrera. Siempre me ha animado a seguir, por eso esta vez no le llamé, porque sabía qué me iba a comentar. Mi otro hermano es más joven que yo, pero en mi casa siempre actuó del mayor, del referente, de serio.

-Ahora es presidente de la Federación Madrileña. ¿le da otra visión del balonmano?

-Pues sí, claro, y por eso les estoy tan agradecido, y debo decrlo, a los presidentes que he tenido en estos años, a Jesús López Ricondo, a Juan de Dios Román, y a Paco Blázquez, por su trabajo por el balonmano desde la Federación Española.

-¿Desde cuándo esperaba este día de decir basta?

-Hace tiempo que lo llevaba hablando con Talant, lo doloroso que es dejarlo. Siempre me decía que cuantos más años jugase, más retrasaba ese momento. Pero ha llegado, porque no puede ser de otra manera. Por eso quiero acordarme de todos los compañeros que cada año se retiran y lo hacen de manera discreta sin que nadie les recuerde. Pero ellos también son importantes, como las aficiones que me han visto jugar. Soy tan afortunado que me voy dejando buenos recuerdos en todas las pistas en las que he jugado.

-¿Cuál ha sido su virtud durante estos años? 

-El amor por el balonmano por encima de todo, y iuego la alegría y el optimismo con que me he enfretando al trabajo de todos este tiempo.