El todopoderoso Hertogenbosch, sin piedad del Club de Campo
Las madrileños perdieron 5-0 en la final de la Euroliga de hockey. Las holandesas han ganado 17 de los últimos 20 títulos, son intratables.
Si el Atlètic-Terrassa se había llevado cinco goles ante el Bloemendaal (2-5) en la final de la Euroliga masculina disputada en Holanda, el Club de Campo metió en su maleta el mismo correctivo, incluso no logró anotar ni un gol ni competir una final desequilibrada, aunque haber llegado a ella ya supusiera un éxito para el conjunto madrileño, gran dominador de la liga nacional durante más de la última década.
El Hertogenbosch es uno de los mejores conjuntos de siempre en Europa. Ha ganado 17 de las últimas 20 ediciones de la Euroliga. Para mostrar su potencial, solamente algunos resultados: 7-0, 6-0, 5-0, 7-2, 8-2, 8-1 y 9-1. Una de esas goleadas, el 7-0, ya lo recibió el propio Club de Campo en 2008, cuando alcanzó la final del máximo torneo continental. Hoy en día, no hay hockey como el holandés ni equipo como el verdugo de las madrileñas, que no perdieron la cara pese a la goleada, y que pelearon todo lo que pudieron.
Aguntaron el primer parcial 0-0 en un ejercicio de heroicidad, pero en el minuto 18 de partido Lidewij Welten abrió el marcador (1-0) después de un contraataque. Las holandesas habían hecho lo más difícil y se destaron. La internacional Frederique Matla marcó al filo del descanso el 2-0 después de acertar un nuevo penalti. El Club de Campo achicaba agua como podía y dispuso de alguna ocasión para acortar distancias, aunque le faltaron los detalles finales.
Matla nuevamente hizo el 3-0 en otro contraataque que culminó desde dentro del área. Quedaban 20 minutos y la montaña era demasiado elevada para el Club de Campo. Kreekelar hizo el 4-0 y de nuevo Matla, de penalti, anotó el 5-0. Una buena e idílica despedida para el técnico Raoul Ehren, que desde este verano y después de llevar desde 2009 en el club holandés, pasará a dirigir a la selección belga a tiempo completo.