El imparable Barça tiene los cuartos de final en la mano

Los aficionados a las cábalas dirán que aún queda una combinación matemática que evitaría que el Barça acabe entre los dos primeros de su grupo, y clasificado directamente para los cuartos de final de la Champions esquivando la eliminatoria de octavos (casi perdiendo los cuatro partidos que le restan es complicado que ocurra). Pero en la práctica, sus 10 victorias consecutivas, dos ante el Kiel y dos ante el Veszprem, único invicto en el grupo, le permiten ver el futuro de color de rosa. Esta vez le tocó caer al cuadro magiar, que en cinco días ha perdido en dos ocasiones con los azulgrana: 37-30 (15-15).

Los grandes equipos suelen sufrir en febrero, porque llegan a la competición con las plantillas saturadas y mermadas por los Campeonatos de equipos nacionales de enero: el Barça, sin el pivote Frade y sin N´Guessan, y con Mem disminuido; el Veszprem sin Nenadic, Nilsson y Borozan. Pero a día de hoy la plantilla azulgrana parece más completa por la versatilidad de sus hombres, aunque en la primera parte todo estaba en el aire tras remontar los húngaros y llegarse en tablas al descanso.

En la segunda mitad, cuando se tienen tipos como Palmarsson, como Donelec, como Ariño, o como Gómez, autor de 20 goles entre ambos enfrentamientos (10 y 10), pues no hay nada qué hacer por más que Markussen firme su mejor partido del año, o Mahe y Lekai sean centrales de talento. Daba la impresión que a los jugadores de David Davis se les iba el partido por agotamiento.

Es que el Barça imprimió ritmo, celeridad constante, con primeras líneas variadas, incluso con tres centrales diestros, y dando minutos a Makuc, o con Sorhaindo de inicio en el pivote ofensivo. Y de esta manera en la segunda parte tuvo poca oposición más allá del acierto de Corrales en la portería visitante.