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MONTAÑISMO

Sergi Mingote, a la conquista del K2 en pleno invierno

El alpinista catalán relató cómo afronta este complejo desafío en la segunda montaña más alta del mundo. "Es el último gran reto que le queda al alpinismo", manifestó.

El alpinista Sergi Mingote, que buscará ser el primero en hacer cima en el K2 en invierno.
Twitter @sergi_mingote

El alpinista catalán Sergi Mingote se enfrenta al último gran reto del alpinismo, para muchos un imposible, como es coronar en invierno el K2 (8.611 metros), una helada pirámide casi perfecta y la segunda montaña más alta del mundo.

"Subir el K2 en invierno es el último gran reto que le queda al alpinismo. Muchos piensan que es imposible", dijo este lunes a Efe Mingote, quien ya se encuentra en Pakistán. El K2 es el único de los 14 ochomiles que no ha sido escalado en invierno.

Mingote es el colíder junto con el nepalí Chhang Dawa, de 38 años y el alpinista más joven en subir los 14 picos más altos del mundo, de una expedición formada por 55 escaladores de 13 nacionalidades que tratarán de lograr la proeza.

Para el experimentado alpinista español el mayor problema a la hora de afrontar el K2 es el viento y las bajas temperaturas. "Ayer había -55 grados en la cumbre, con vientos de 90 kilómetros por hora, y una sensación térmica de -90 grados", explicó Mingote.

"Se tienen que alinear los grados", subrayó el escalador. Hasta ahora solo se ha intentado en siete ocasiones hacer cumbre en el K2 en invierno, y solo se logró llegar más allá del campamento 3, a 800 metros de la cumbre. Pero Mingote cree que es posible. "Un año u otro se va a conquistar", afirma.

La expedición llegará hoy a la localidad de Skardu, en el norte del país, y en torno a Navidad comenzarán el trekking a lo largo del Karakorum para llegar al campo base. Luego a finales de año comenzarán el asalto al K2, hasta finales de febrero.

El invierno pasado, el español Alex Txikon lideró una expedición al K2 pero no tuvo éxito. Mingote escaló sin oxígeno el K2 en el verano de 2018, una difícil experiencia que supuso un punto de inflexión en su carrera.

"Tengo una relación de amor y odio con el K2. Lo pasé muy mal bajando con mal tiempo (en 2018), pensé que no bajaba", afirmó.

Por ello, quiere volver a la segunda cumbre más alta del mundo. "Quiero hacer las paces. Reencontrarme con una montaña con la que tengo esta relación de amor odio", señaló.