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TIRO

De la feria a Alaska

Marina González (18 años) es la primera deportista española que recibe una beca en tiro olímpico de una universidad estadounidense.

Actualizado a
Marina González, en la Universidad Fairbanks de Alaska.
Marina González

Seguro que han visto en películas a adolescentes jugando al tiro al blanco en las ferias, un entretenimiento reservado a talentos de gran puntería. Así comienza la historia de Marina González (La Rioja, 18 años), ya que lo que comenzó como un juego para ella se ha convertido en su realidad, su trabajo y pasión. "La única persona que conozco que se iniciase en el tiro desde la feria fue mi hermana. Normalmente quien se dedica a esto es por tradición familiar. Pero a mí me preguntaban: '¿Tus padres tiran?' Y yo decía que no, ellos nunca lo han intentado", confiesa Marina a AS sobre su excepcional caso.

Tras demostrar su habilidad derribando palillos y animada por su familia, Marina fue progresando hasta dedicarse al tiro con carabina de forma profesional, una perseverancia que le ha convertido en la primera deportista española que recibe una beca para competir en Estados Unidos en la modalidad de tiro olímpico. Pese al atípico año que estamos viviendo, la Universidad de Fairbanks de Alaska le dio la alegría de su vida cuando le confirmó el pasado agosto que estaba admitida para continuar allí sus estudios y formar parte del equipo de tiro: "Recibí una carta por email y yo pensaba que era algo rutinario. Llamé corriendo a mi madre traduciendo con Google Translate para ver si me habían admitido. Fue muy emocionante. Me sentí pionera y que había abierto el camino a a más personas para seguir mis pasos y probar experiencias nuevas".

Marina González, durante una de sus sesiones de entrenamiento con carabina.
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Marina González, durante una de sus sesiones de entrenamiento con carabina.Marina González

Esas fronteras abiertas por Marina le han permitido trazar diferentes caminos hacia éxitos futuros, pero sin olvidar una exigente carga de trabajo diario. Pese a no ser un deporte con tanta carga física como los más populares, la riojana dedica unas cuatro horas semanales a mantener un buen estado de forma para las diferentes disciplinas: tendido, rodilla o aire. "Hacemos un entrenamiento global de core principalmente, pero también de hombros, brazos y piernas. No requerimos fuerza explosiva, pero sí resistencia ya que estamos unas tres horas tirando. Llevamos un traje especial para evitar lesiones en la espalda, que nos ayuda a sujetar el cuerpo y darnos estabilidad", explica la joven tiradora.

Esta temporada, la riojana aspira a dejar huella en la liga universitaria estadounidense con premios individuales, además de subir al podio con los Fairbanks, todo ello bajo estrictas medidas de seguridad por la pandemia: "En la galería de la universidad tenemos el aforo limitado a seis personas y mamparas entre cada puesto. Así es como va a ser durante toda la liga, desinfectando cada posición y llevando la mascarilla". Pero sus metas están en lo más alto a largo plazo. Y es que Marina pretende seguir haciendo historia con una carabina en sus manos en los Juegos Olímpicos. "Mi meta es Paris 2024. Llegaba tarde a Tokio porque cuando comenzó el ciclo olímpico yo tenía 15 años, aunque en este deporte la edad no es tan limitada ya que se puede competir siendo muy veterano", analiza Marina, que de ganar peluches en las tómbolas ha pasado en soñar en oro, colgado de su cuello en unos Juegos Olímpicos.