10. El sueño olímpico de Yusra Mardini
La participación de la nadadora siria en los Juegos Olímpicos de Río 2016 fue, sin duda, una de las historias de superación de la última década. Criada en Damasco, donde aprendió a nadar, llegó a participar en los Mundiales de 2012 con solo 14 años. Tras estallar la guerra en Siria, Yusra huyó del país junto con su hermana. Cuando marchaban hacia la isla de Lesbos, su embarcación se averió y empezó a hundirse. Mardini, junto con otras dos mujeres que sabían nadar, empujaron el barco durante varias horas hasta llegar a la orilla. Llegó a Berlín, donde continuó entrenando para clasificarse para los Juegos Olímpicos, algo verdaderamente complicado hasta que el COI la incluyó en el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados. En los 100 mariposa de Río 2016 fue 41ª de 45 participantes en la ronda clasificatoria, pero el objetivo de llegar a una Olimpiada estaba más que cumplido. Ahora, Mardini es embajadora de ACNUR, y está muy comprometida con la causa de los refugiados.