NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BALONMANO

El agitado adiós de Cabanas

Álvaro, hijo Javier, una leyenda nacional del balonmano, abandona el Benidorm, pero se le multiplica el trabajo como presidente de los Jugadores.

Actualizado a
El agitado adiós de Cabanas
Agustinos

Álvaro Cabanas (Santander, 30 años) tenía pensada una retirada cómoda al no poder continuar en el Benidorm tras el subcampeonato de la Copa del Rey del mes de marzo y meter al equipo por primera vez en Europa. “Yo hubiese seguido y el club también, pero me han hecho un contrato a tiempo total en la empresa para la que trabajo y me era incompatible con los entrenamientos”, asegura este cántabro. “Nací allí porque mi padre jugaba en el Teka”. Javier es uno de los mejores jugadores de la historia del balonmano español, aunque creció en Alicante, donde vive. El problema le llega porque aún es el presidente de la Asociación de Jugadores.

“Unos días antes de su muerte le dije a Claudio Gómez que había que buscar un jugador que me reemplazase en la presidencia. Él lo sabía y mucha gente más”, comenta Álvaro, que ahora se encuentra con la necesidad de buscar a una persona que ocupe la gerencia. “La muerte de Claudio nos ha dejado descolocados a todos, era una persona muy querida por la gente del balonmano, y que llevaba más de veinte años como gerente de la Asociación. Ahora lo prioritario es encontrar un gerente, y luego ya vendrá la búsqueda de un presidente”, explica Cabanas, que recuerda que el día antes del fallecimiento del gerente estuvieron hablando para organizar una videoconferencia “con los jugadores que estaban en el campamento de Soria”.

Su retirada no será total, se reenganchará en el Agustinos de Alicante, donde se formó y que milita en Primera Nacional, y tiene relación con la situación del balonmano, “porque ahora mismo es bastante complicado vivir del balonmano, lo normal es compaginarlo con un trabajo”, hasta que llega una situación como la suya: “Es que yo podría seguir sólo en el balonmano, y me quedan algunos años buenos aún. Pero qué pasa cuando acabe, ¿tendré dónde trabajar? Yo pude ir al extranjero o seguir en el Granollers, que me quiso renovar, pero preferí volver a casa, a Alicante, y empezar a buscarme un futuro. Y ha llegado. Por eso tengo que dejarlo, es un trabajo para siempre”.