Cooper y el guante (1963)
El 18 de junio de 1963, todavía atendiendo por Cassius Clay y sin abrazar la fe musulmana, Ali se plantó en la catedral de Wembley ante 55.000 espectadores y estuvo en un tris de perder. Ese día pudo cambiar la historia del boxeo... En el cuarto round, un gancho con la zurda de Henry Cooper, 29 años entonces por los 21 del dios de ébano, mandó contra las cuerdas a Ali justo cuando sonaba la campana. ¿Qué habría ocurrido si hubiera sido un poco antes y si Angelo Dundee no hubiese estado en la esquina de Ali? El preparador lo auxilió rápido en el taburete, le aplicó sales y le dijo al árbitro, Tommy Little, que se le había roto un guante. Con la confusión, alargó en seis segundos el descanso de Clay. Un suspiro vital que permitió al gigante salir en tromba y, en el quinto, destrozar el rostro de Cooper y obligar al árbitro a detener el combate. “Cené después un par de veces con Dundee y me reconoció que él había cortado el guante”, explicó años después Cooper.