Garralda: "Sueño con igualar algún día al fútbol en Chile"
El navarro logró el madalla de plata en los Panamericanos con la selección chilena "que significó un auténtico boom en el país"
Mateo Garralda (Burlada, 50 años) es uno de los legendarios del balonmano español, retirado hace ocho años como el mejor lateral derecho de España (fue elegido en un Europeo y un Mundial, en el que logró el oro en 2005, para el siete ideal en esa posición), ahora trabaja con Chile tras su pasó por el Guadalajara, un año en Rumanía, luego con la selección de Puerto Rico, y ahora asentado al frente la selección masculina chilena..
-Parecía que estaba destinado a ir de salto en sato por los banquillos de medio mundo.
-Cuando llegué a Chile tuve que prometerle a Marco Oneto (chileno, expìvote del Barcelona) que seguiría hasta los Panamericanos; él tenía la intuición de que tendría ofertas y tal vez me fuese. Le di mi palabra y la voy a cumplir por mi parte. Tengo un contrato hasta el 2021, aunque mi meta son los Panamericanos de 2023. Claro que he tenido ofertas, dos este último trimestre, pero soy de cumplir la palabra empeñada.
-Usted está al frente de una selección menor, cuando en realidad fue un jugador que ganó la Champions con el Barcelona y con el Portland, y que siempre anduvo en posiciones destacadas. ¿Cómo lleva ese cambio?
-Cuando era jugador yo quería ser el mejor jugador del mundo, no el mejor lateral, el mejor en todo. Como entrenador trato de adaptarme a lo que tengo, que mis equipos hagan el mejor juego posible, y a ponerme las metas mas altas acorde con el equipo en el que estoy. Chile pasaba por ser el tercer equipo de Sudamérica, aunque en algún momento por los cambios generacionales también nos superó Uruguay. Fuimos segundos en los Panamericanos de 2019, y eso fue un boom en el país, el deporte de equipo más visto en la televisión, y logramos la medalla de plata. Yo pasé de ser un desconocido en la calle a que la gente me parase y me preguntase. Y sí, sueño con que algún día el balonmano en Chile iguale al fútbol en popularidad, y por ese sueño trabajo cada día.
-¿Con qué mimbres?
-Ese es nuestro problema, que tengo una base de jugadores aficionados. Aquí, en Chile, no hay una liga profesional, los jugadores se entrenan uno o días a la semana; nada que ver con Argentina y Brasil, donde ya hay sueldos importantes para sus jugadores- Yo trabajo de lunes a sábado con los chicos, en los que he hecho varios grupos, con los juveniles y con los mejores júniors y adultos. Les damos la preparación física, técnica y táctica, pero nos falta la competición. Ahí tenemos un hándicap importante por ahora.
-Hubo un momento que Chile mandaba a muchos jugadores a Europa.
-Ahora tenemos otros de parecida calidad, pero les faltan arreos para aceptar ese reto, esa aventura, apostarlo todo por sacar adelante un sueño. Oneto, por ejemplo, se arriesgó, y alguna vez ha declarado que necesitó hasta robar para comer. A los jugadores que ahora destacan les cuesta dar ese paso al frente y aceptar las ofertas que les llegan para salir de casa. Alguna vez, en los entrenamientos de la selección, los hermanos Salinas, destacados en España, reconocen que los jóvenes de ahora físicamente y técnicamente son mejores, pero ellos fueron más valientes.
-¿Cómo le va en Chile?
-Vivo con mi familia en Santiago, y es una ciudad espectacular. Mi trabajo con la Federación y con el Comité Olímpico consiste en planificar, en trabajar con los jugadores, en dar charlas. En preocuparme del balonmano, que lógicamente se resentirá con el virus, pero como nuestro deporte no está profesionalizado aún a lo mejor no nos afecta en exceso.
-Cuando usted se retiró parecía que España se iba a quedar huérfana por muchos años en ese lateral, y, sin embargo, han aparecido zurdos como setas, y de una gran calidad: Alex Dujsebaev, Gurbindo, Maqueda, Montoro, Garciandìa... ¿Son especiales los zurdos?
:-Yo me retiré por el hombro que si no aún seguiría en la Selección, jejeje. No me veía tan bueno, y sabía que no pasaría nada con mi marcha. Los entrenadores siempre tienen opciones para sacar rendimiento con otros jugadores con soluciones tácticas. Dinamarca, por ejemplo, fue campeona del Mundo con tres diestros en la primera línea.