Pablo Simonet, un gol que le hace héroe y villano a la vez
El argentino marcó en la Copa del Rey el tanto que mete al Benidorm en Europa, y que deja al Cuenca, su futuro destino, sin competición internacional.
La semana antes de la Copa del Rey se hizo oficial que Natan Suárez, central del Cuenca, jugará en el Ademar la próxima temporada. El contraataque conquense fue rápido: contrató al central Pablo Simonet (27 años), del Benidorm y que ya militó en el equipo de Lidio Jiménez. El Cuenca y el Benidorm se enfrentaron en las semifinales: el que ganase de los dos jugaría la final ante el Barça con el premio de una plaza para la EHF. El duelo acabó... con un gol de Simonet en el último segundo de la prórroga que le valía el triunfo al Benidorm.
-Sabe usted que su gol es una anécdota controvertida.
-Hice lo que tenía que hacer. Soy aún jugador del Benidorm, y aunque enfrente estaban los que serán mis compañeros, defendí al máximo mi camiseta. El destino quiso que yo tuviese que lanzar el balón, el último del partido, y marcar el tanto que nos valía entrar en la final que tanto nos merecíamos. Sinceramente, no creo que tenga que arrepentirme de nada.
-Pero no me diga que es una situación rocambolesca por lo menos.
-Para mí, muy complicada, con mucha crítica y presión por las cosas que se publicaron, que si no iba a jugar a mi nivel, que si me iba a esconder contra mi futuro equipo. No me resultó fácil gestionarlo. Dormí mal, no tenía la cabeza centrada... hasta me olvidé las zapatillas en el hotel y hubo que enviar por ellas. Pero lo más importante es que creo que me comporté correctamente. Eso sí, no me quedé a celebrar la victoria; me fui al vestuario sin saber cómo sentirme,
-¿Qué le dijeron los compañeros de ahora y los que serán después?
-Los del Benidorm agradecieron el gol que les llevará a Europa, y los del Cuenca se pusieron en mi situación y lo comprenden, incluso me felicitaron por esa honradez. Sabía lo que significaba ganarle al Cuenca, pero también sabía que el Benidorm había confiado en mi. Lo que espero ahora es que al Cuenca le de tiempo a escalar puestos en la tabla y también pueda tomar plaza Europea por la Liga.
-¿Y su familia (los padres y sus dos hermanos son jugadores de balonmano) que le han dicho?
-Curioso. Me llamaron, y aunque estaban contentos por la victoria y por el gol, no sabían sin felicitarme, Todos vivimos con pasión el balonmano, y posiblemente los tres hermanos podamos estar en los Juegos Olímpicos si nos llama Manolo Cadenas.
-¿Usted esperaba jugar la final?
-Tenía ilusión, pero estar en la final contra el Barça, fue sorpresa para todos en el Benidorm.
El premio para Simonet es que tiene dos días libres, que se ha quedado en Madrid, y que hoy se ha dado un homenaje a costa de su amigo Campazzo, baloncestista del Real Madrid, que le ha preparado un asado criollo inmejorable.