A la primera el Benidorm llama a las puertas de Europa
Derrotó en él último segundo de la prórroga al Cuenca, que había forzado los minutos extras también en el último instante
Pablo Simonet marcó a falta de un segundo para que se cumpliese el minutos 70. 27-28 y victoria para el Benidorm, que consuma así su segunda sorpresa en esta Copa del Rey, que es la de su debut en la fase final, y que posiblemente le sirva para jugar la Copa EHF la próxima temporada. Era un sueño estar en Madrid y pensar en algo graande, significó Simonet el jueves, y está cumplido: meterse en la final. Y es que el Cuenca de este partido fue luchador como siempre, pero sin acierto: cuandos los extremos la pifian una vez sí y otra también, cuando se retrasa el contragolpe, cuando el fiable Dutra está desaparecido, pasa lo que ocurrió: no hay final, como el año pasado, y ahora Europa es una qumera casi imposible por lo que resta de Liga.
La realidad es que el partido fue de nervios. Más por el Cuenca, porque era el teórico favorito, que no encontraba su ritmo; menos por el Benidorm, que ya había cumplido con creces con estar en semifinales. Y en la grada, unas docenas de levantinos, y un par de miles de conquenses, cuyo buen ambiente fue boicoteado constantemente por la megofonía de la Caja Mágica: no se entiende en absoluto que al público se le acalle de esa manera, rompiéndole los tímpanos de manera artificial.
La primera mitad acabó con 7-6 para el Cuenca, con los porteros Tercariol y Maciel imponiendose a los ataques, por malos tiros, por malas decisiones, por errores sucesivos. El margen era nada, y así se mantuvo hasta que parecía que el Cuenca al fin ponia la directa: ¡tres goles de renta! Sin más, sin un juego fluido, se le acabó la gasolina, y entonces el Benidorm, con el extremo Folqués y el lateral Nolasco, los dos desde el mismi lado, comenzaron a martillear a una defensa que dejaba mucho espacio por ese lado. Lidio Jiménez intentó reparar la avería con un defensor central en el extremo. No sirvió.
El Benidorm estaba en la recta final con dos goles de renta. Y podrìa haber ganado el partido directamente de no ser por Natán Suárez, que quiere irse a León dejando huella en Cuenca. Fue el que contestó al Benidorm, el que con siete segundos corrió la pista entera para marcar y forzar la prórroga: 24-24. Es decr, el Cuenca llegaba al tiempo extra con mejor disposicion moral, pero no le funcionó: en los primeros cinco minutos sólo marcó Nolasco (24-25), y en los otros cinco, empate a tres y 27-28