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BALONMANO | CHAMPIONS LEAGUE

Los despistes del Bidasoa le colocan contra las cuerdas

Perdió en la ida de la eliminatoria de octavos ante el Wisla Plock polaco, y ahora tendrá que hacer una remontada heroica en Irún

Los despistes del Bidasoa le colocan contra las cuerdas

Al Bidasoa se le escapó su magia particular en diciembre. Desde entonces el equipo vasco carece de la frescura, la alegría, la solidez y la concentración del primer trimestre de la temporada. Ahora, como este sábado en Polonia ante el Wisla Plock, hay momentos en los que sus jugadores parecen moverse por momentos en diferentes sintonías. No es mucho tiempo, no, pero son ratos en los que se colocan en posiciones muy complicadas. En la ida frente al Wisla sufrió quince minutos de amargura en la primera mitad, y del 7-6 al 17-11 al descanso, para un 32-25 final que poner cuesta arriba el paso a la siguiente fase. Sí, decidirá la semana que viene Artaleku, pero se le complica Europa al equipo español.

De entrada Niko Mindegia fue un problema para los irundarras. Tuvieron reacciones de carácter, pero entraron en un bache enorme en defensa, en ataque, en concentración para no regalar posesiones. Vamos, que en quince minutos desesperantes, sin que el Wisla fuese brillante, intenso y superior, se encontraron con un parcial demoledor para ceder el parcial por seis tantos, desaprovechando penaltis y acciones de uno contra uno.

En la segunda mitad, algo mejoró el Bidasoa, pero sólo algo. Un equipo tan sólido antes ahora no encuentra su juego. Pudo pasar en varias ocasiones a los cuatro tantos de diferencia, y con errores repetidos en la circulación, o en la selección de tiros, daba aire al Wisla, que recuperaba las diferencias para no jugar con la ansiedad que produce ver que la brecha se estrecha. Tal vez Azkue fue el mejor de los vascos, el que supo sacar más partido a sus acciones, el único que se dio cuenta que el juego colectivo funcionaba mal y había que buscar soluciones imaginativas a título individual. Si el Bidasoa tiene alguna opción remota es por los siete tantos de central, que con los seis de Salinas marcaron más tanto que el resto del equipo.