La evolución del Maratón en Valencia: 39 años de retos

El 29 de marzo de 1981, el mismo día y año que Londres, Valencia albergaba la primera edición de su Maratón. Teodoro Pérez y Nuria de Miguel fueron los primeros en pasar por la línea de meta. Hay cosas que no han cambiado, como la labor de la Sociedad Deportiva Correcaminos. Pero la evolución del Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP, que el próximo 1 de diciembre vivirá su 39ª edición, va mucho más allá de los 26 minutos y 26 segundos que se le han restado al reloj del ganador.

El Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP, el más rápido de España (Gebrsilase, 2018, 2h04:31), ha sufrido a lo largo de su historia una transformación brutal. El evento, el segundo más relevante de la ciudad a tenor de los datos económicos que mueve directa e indirectamente (solo por detrás de las Fallas), mantiene ese espíritu de lucha de sus primeros corredores, aunque hoy ellos se multiplican por miles. La edición del próximo día 1 supondrá otro récord de participación: 25.000 atletas (más los 7000 que participarán en la última edición de la 10K). Son 3.000 más en la prueba de Maratón que el pasado año, una carrera que terminaron 19.500, lo que constata el nivel de corredores populares. El 19% de esos 25000 corredores serán mujeres, categoría en la que Valencia también tiene el récord en suelo español (Ashete Dido, 2018, 2h21:14).

A lo largo de sus 38 ediciones, el Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP, hasta 2010 llamado Maratón Popular de Valencia, ha ido puliéndose hasta convertirse en un referente en Europa. Quizás su mayor transformación, ligada a su capacidad organizativa y reflejo de la multiturinaria participación e implicación ciudadana, la encontremos en su recorrido. El Paseo de la Alameda, donde se ubica la Cafetería Danubio, lugar donde se fundó la SD Correcaminos, fue salida y llegada durante varias de sus primeras ediciones. Pero en aquellos años la ciudad vivía de espaldas al Maratón, que transcurría por La Marjal, El Saler y L’Albufera. No fue hasta 1989 cuando empezó a transformarse en un circuito cada vez más urbano.

En 1993 la meta pasó del Paseo de la Alameda a las Pistas del Cauce del Río. Su salto cualitativo lo dio en 2012, con la ayuda en la gestión de la Fundación Trinidad Alfonso y con el mecenazgo de Juan Roig. Fue a partir de entonces cuando el Maratón Valencia comenzó a dejar imágenes icónicas como la de su salida en el Puente de Monteolivete o su llegada en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El recorrido fue estudiándose y modificándose hasta convertirlo en uno de los más rápidos de Europa y en su edición de 2016 la IAAF le catalogó Road Race Label. En su 39ª edición aspira a batir por quinta vez desde 2013 el récord de la prueba y confirmar a Valencia como la Ciudad del Running por excelencia.