Después de la cena en Budapest, en la penúltima estación europea de la Liga Internacional de Natación (ISL), Katinka Hosszu se levanta y anima a sus compañeros de equipo. En la mesa no solo hay húngaros, también hay holandeses, rusos, daneses, belgas y la española Jessica Vall, una de las bracistas junto a la jamaicana Alia Atkinson del equipo Iron Lady. "Me quedé impresionada con su ambición", revela. "Esta competición puede significar la Champions para nosotras. Pero aquí no hay países ni política, sino un grupo de nadadores que trabajamos juntos, que vivimos la competición… Es de los mayores eventos en los que he participado", relata la española. La ISL (Liga Internacional de Natación) llega este fin de semana a su última fase europea en el Centro Acuático de Londres , sede de los Juegos de 2012. Los cuatro equipos pelearán por las dos plazas que dan derecho a la final de Las Vegas del 20 y 21 de diciembre, en la que se añadirán los dos mejores estadounidenses (LA Currents y Cali Condors). Mireia Belmonte, Alba Vázquez, Lidón Muñoz y Vall (ausente en esta estación) se integran en los cuatro conjuntos europeos. El equipo de Mireia es London Roar, capitaneado por el británico Adam Peaty. Tienen billete asegurado para la fase final.
"Creo que esta competición puede marcar un antes y un después. Los jóvenes no solo soñarán con ser campeones del mundo, también con querer ser seleccionados por estos equipos, como si fuesen el Barcelona o el Real Madrid. Se vive con pasión. El reto es que obtenga mayor seguimiento", dice mientras comenta que, como adalid de la limpieza, "no pueden tomar parte nadadoras relacionadas con el dopaje2. Los deportistas se "acercan al profesionalismo", con premios en metálico solo por participar y después por cada punto obtenido. Como ejemplo, Hosszu logró 47 puntos en Budapest, lo que equivale a 12.361 euros más lo que ingresara por la participación. En toda la ISL, y si su equipo alcanza la final, Iron Lady podría superar los 50.000 euros de beneficios. Una cifra importante en este deporte. "Aquí todos tenemos las mismas oportunidades", asegura Vall.
Premio En la última prueba en Budapest, la australiana Minna Atherton consiguió batir el récord del mundo de los 100 espalda (54.89). A la espera de que este récord obtenga la homologación de la Federación Internacional, le corresponderían 30.000 dólares, el segundo mayor premio de la historia para un nadador. Una competición que ha llegado para quedarse. Es la Champions de la natación.