El Bidasoa iguala un partido imposible ante el Tatran Presov

Más de uno en Artalakeu pensó en el minutos 50 (17-22) que había llegado el día en que el Bidasoa bajase la cabeza y saliese derrotado de un partido de Champions, invicto con cinco victorias en seis partidos. Más de un seguir local no reconocía a su equipo que estaba jugando su peor encuentro de muchos, con demasiados errores desde seis metros, con repetidos cruces de su primera línea aunque daba la impresión de que no movía ni un metro a los defensores del Tratran Presov, que había ganado sus dos últimos encuentros. Pero olvidándose de lo que podía pasar, la afición se volcó con los suyos, y ellos respondieron en un agitado final de encuentro, con un parcial definitivo de 8-2 para cerrar el choque con un 27-27 (12-15) que significa sumar, alejar definitivamente a un rival, y seguir invicto. Es lo que tiene estar de dulce, que incluso no se pierden los partidos que se van a perder. Es el momento del Bidasoa.

La realidad es que el Bidasoa estuvo muy espeso en ataque y concedió más de la cuenta en defensa, que tuvo rachas de total incapacidad ofensiva, que cometió errores impropios, que estuvo lento en la circulación, y que se adaptó al ritmo cansino del Tatran Presov.

Jacobo Cuétara roto a todo sus hombros, buscó diferentes combinaciones, pero esta tarde de sábado, a la hora del café, no había ninguna señal positiva para que el Bidasoa no se cayese de su sueño ante unos eslovacos entonados que aprovechaban la falta de movilidad del 6-0 local. Con seis de ventaja, y a menos de 10 minutos (19-25) del fin fue cuando pasó, todo aquello resultó un lío,  se recuperaron tres balones, se corrió, y aunque entre medias Tesoriere desaprovechase un contragolpe para lanzar desde su línea para aprovechar la ausencia del portero, Renaud marcó de penalti el 27-27, y aunque quedaba tiempo el partido murió con ese resultado.