El Barça tiró de Cindric para evitarse problemas en Logroño

La única opción del Logroño La Rioja para ganar esta tarde al Barça pasaba por aprovecharse de la relajación imposible del líder y del cansancio de los azulgrana tras su compromiso del martes en Alemania, donde Pascual no rotó con tanta alegría a sus jugadores frente al Flensburg para logar una victoria holgada en la Champions. Pero al equipo local se le acabó la estrategia inicial a los tres minutos, con la lesión de Ceretta (no volvió a jugar), la necesidad de meter pronto a Garciandia, y que el lateral zurdo ya no tuviese descanso. Eso, y que Pascual, que pensó un partido con sus hombres menos castigados en Europa, recurriese a Luka Cindric para que arreglase la incertidumbre por la que transitaba el partido.

No es que el Barça ganase por inercia, porque el Logroño plantó batalla, fue a por el partido, no especuló, logró 28 tantos (más que ningún otro esta campaña ante los azulgrana) y durante algunos minutos Balenciaga le hacía un roto a la defensa azulgrana en colaboración con Kusan, pero jugador por jugador hay más fìsico y calidad en el cuadro catalán, y aprovechando a Cindric, en sus pases a Serdio, por ejemplo, empezó a abrir brecha en los locales, que tuvieron en su segundo portero, Pérez Molina, otro de los actores destacados ante los visitantes.

También se lesionó Fabregas, en una acción totalmente desafortunada: pisó a un rival en la mitad de la cancha, cuando se dirigía al trote al ataque. Eso no impidió que Pascual ordenase en la recta final del partido ataques con siete jugadores, Serdio y Sorahindo en el pivote, y con Moller sentado. Era la manera de avasallar, aunque jugar sin portero le valió encajar algún gol desde 40 metros.