Bragado destruye la lógica: es octavo del mundo a los 49 años

Jesús Ángel García Bragado tiene varios apodos: hombre de marmol, gladiador, Bragator... Relacionados con alguien duro, pero se quedan pequeños. Suma 49 años y fue octavo en los 50 kilómetros marcha de Doha, en los Mundiales número 13 de su carrera, un desafío a toda lógica de este superhéroe de Canillejas. Sobrevivió a la madrugada del humedísimo paseo de Corniche (73%) que combinado con los 33 grados se transformó en un clima infernal. Allí el japonés Suzuki, oro y un Inspector Gadget, con todo tipo de utensilios para combatir el calor: toallas, bufandas, guantes de hielo, una bolsa… En el tramo final anduvo, que no marchó, muchas partes.

En esos avernos terrestres, entre botellas de agua y bolsas heladas para evitar la quema, es donde se crece Chuso, acostumbrado a batallas mortíferas. A la de Qatar había llegado bien preparado, con estancias en Doha, baños en agua caliente en bañeras como en la Guerra Mundial, y hasta pidió un enchufe a un amigo militar para que le colara en la máquina de temperatura extrema de la base de Torrejón. Iba a por todas, dijera lo que dijera su DNI, que a veces juega a su favor. La experiencia es lo que le hace de hierro.

"Yo sabía que iba a ser una prueba, que con el giro del viento iba a cambiar las condiciones. Eso sí, me sorprendió la humedad y me subió el pulso más de lo que esperaba. Los atletas percibieron menos calor de lo que creían al principio y se animaron mucho, iban más pendientes del ritmo que de las sensaciones”, explicaba Bragado, que a partir de los 20 kilómetros comenzó su remontada: “Calculé que a partir de ahí tocaba recuperar puestos. Me junté con el alemán Dohmann, que vive en Friburgo, la ciudad de mis primos, y tengo amistad con él . Fuimos a por ello”. Aplicar la experiencia para compensar el paso de la vida.

Así fue la caza de Bragado cada cinco kilómetros hasta meta: 39º, 31º, 25º, 21º, 17º, 12º, 12º, 9º, 8º y 8º. Lo perfecto para ser finalista y llegar en 4h11:28. E incluso en los últimos metros se permitió desdoblar al abatido Suzuki, que luchaba contra su cuerpo para mantener su oro. “Iba muy justito el japonés y hasta chupé cámara de televisión y todo”. Octavo. Alucinante.

Este es el mejor resultado de Bragado desde Berlín 2009, cuando fue plata, una de las tres que ganó (Atenas 1997 y Edmonton 2001), además del oro de Stuttgart 1993, cuando comenzó una leyenda que continuará hasta Tokio 2020, porque este puesto le deja con pie y medio en lo que serían sus octavos Juegos: “Me propuse terminar mi carrera allí y desde luego firmaría un resultado así”.

También fue octava July Takacs, porque los hombres y las mujeres hicieron salida conjunta. Takacs tiene mucho que ver en lo que le sucede a Bragado. Ella es la compañera de entrenamientos por la que Chuso se reenganchó cuando estaba desmotivado tras quedarse fuera de los Mundiales de Londres 2017. Ambos se entrenan con Montse Pastor, pareja de Chuso, que es la que pone “la sal y el toque maestro” al equipo. Allí estaba la granadina a pie de asfalto, repostando y aconsejando a July y a Chuso, que el 17 de octubre cumple los 50. Sigue en pie, contra cualquier tipo de lógica, Jesús Ángel García Bragado.