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Chepngetich gana una maratón extrema con un 41% de retiradas
La keniana se impuso con 2h32:43 en un clima durísimo en Doha, con 33 grados y en torno al 82% de humedad. Marta Galimany fue 16ª y segunda europea.
Se esperaba un infierno en Doha y llegó. La maratón femenina de los Mundiales dejó 28 retiradas (corrían 68). Es decir, un 41% y escenas de ambulancias y buggies con cortinas tapada transportando a atletas a los servicios médicos. Ganó la keniana Ruth Chepngetich con 2h32:43 y ella tiene de mejor marca de 2h17. Hizo 15 minutos más que su tope del año y fue todo un logro para una jornada agónica, con 33 grados y hasta 82% de humedad. Duro para el espectador, una odisea para las corredoras, que eran supervivientes solitarias. Una de ellas fue Marta Galimany, 16ª con 2h47:45, a 16 minutos de su marca, a casi 4:00 cada 1.000 metros.
Arrancaba la prueba a las 23:59 hora local, pero la sensación térmica era asfixiante en el paseo de Al Corniche, iluminado con imponentes focos y con el agua del mar a escasos 100 metros. La barcelonesa Galimany, de 35 años, había salido tranquila. Las kenianas muy fuerte, acompañadas de la namibia Johannes y de Rose Chelimo, de Bahrein, pero nacida en Kenia. En la media maratón ya se habían ido 16, por ejemplo todas las etíopes (Aga, Demise y Dereje), cuyos oficiales de grupo pronto abandonaron su puesto... Allí ya no hacían nada, en otra carrera sus atletas habrían sido candidatas a medallas.
Jordi Toda, entrenador y pareja de Galimany, veía como su discípula ganaba puestos con aguantar. No se trataba de correr rápido, sino de mantenerse en pie y avanzar. Un atletismo diferente, de salir vivas había entrado en acción. Las corredoras cada vez iban más desperdigadas, sólo el grupo de cabeza iba unido en un pacto de no ataques que rompió Chepngetich poco después del 35 y se marchó sola. Ganaba la maratón mundial más dura y más lenta de la historia, segunda fue Chelimo y bronce Johannes.
Tras la keniana Jepkesho, que tiró en el primer tramo de carrera hasta que explotó, entró Galimany, que llegaba más fuerte que nunca tras duros entrenamientos en el Delta del Ebro. Un trabajo de aclimatación que dio frutos porque fue la segunda europea superviviente tras la bielorrusa Mazuronak, quinta. En teoría, Galimany tendría plaza fija para Tokio 2020 con este puesto según los criterios Federación Española, pero tiene que rubricar la mínima. Si recupera bien la buscará en Sevilla.
Después de Galimany había un abismo hasta que llegó la siguiente corredora. Según los servicios médicos de la IAAF, dos atletas fueron enviadas al hospital, con principio de golpes de calor. Este sábado llega el 50 kilómetros marcha masculino y femenino, también a partir de las 22:30. Serán más de cuatro horas expuestos a este clima. "Estoy preocupado", asegura un técnico de marcha español tras ver... la maratón más extrema.