Hortelano: "Ahora me acojo a mi gran sueño: Tokio 2020"

Bruno Hortelano (Wollongong, Australia, 27 años) volverá a competir este domingo en el Meeting de Madrid, en el nuevo Vallehermoso, casi un año después de su última carrera. Correrá en un 400 de alto nivel con idea de estar en el relevo largo de los Mundiales de Doha y la menta puesta ya a los Juegos de Tokio.

¿Qué tal está?

Me siento muy bien. He cumplido el plan de entrenamiento que buscaba de este año. En 2018, cuando acabó la temporada, desconecté e hice el Camino de Santiago. Luego me senté con mi equipo y hablamos de cómo íbamos a enfrentar los dos siguientes cursos, hasta Tokio. Y decidimos afrontarlos como si fueran una sola campaña. El primer año serviría como base para poder entrenar la velocidad en 2020. Ahora me he orientado más hacia los entrenamientos de 400, de fuerza, y he hecho la mejor pretemporada de mi vida, larguísima y muy completa. Tuve tropiezos, una lesión en el Aquiles y no quería arriesgar. Insisto en que es la mejor pretemporada que he hecho jamás.

¿Cómo ha vivido este último año?

Acabé el 2018 en Getafe, aunque hice una mala marca en 100. Fue en el relevo 4x400 de los Europeos de Berlín donde considero realmente que terminé, en agosto. Desde entonces, tuve un mes de descanso y sabiendo que los Mundiales de Doha iban a ser en octubre, decidí hacer el Camino de Santiago y por eso no estuve en la temporada de pista cubierta. Aunque hubo otra razón. Yo tengo pubalgia, una lesión de cadera que no desaparece, siempre se tiene y la tendré hasta que me retire. No quería arriesgar y no sabía si me iría bien. Quería competir en mayo, pero esa lesión en el Aquiles hizo que se aplazara el regreso hasta ahora.

¿Qué le gustaría hacer en los Mundiales?

El relevo 4x400. Tengo un compromiso serio con esto, desde hace tiempo. No sólo para Doha, sino para los Juegos de Tokio, ya que aún no estamos clasificados. Vamos a por ello y si no, lo pelearemos el año que viene. No correré en 400 porque no tengo tiempo de prepararme bien, aunque depende un poco de cómo me salgan las carreras que haga ahora, pero en principio no. Si todo va bien, haré dos o tres antes de Doha. Todo esto con la idea de correr 100 y 200 el año que viene.

¿Con la vista puesta en Tokio 2020?

Sí, ese es mi gran objetivo. Preparar el 200 de Tokio. Es mi plan a medio plazo e incluso a largo, porque no me gusta mirar más allá. Voy a ponerlo todo en los Juegos. Es mi forma de asegurarme de que lo voy a dar todo, el 100%, como si no hubiera mañana. No me gusta pensar en que tendré otra oportunidad más adelante. Luego, ya veremos qué pasa.

¿En quién y en qué se ha apoyado para estar bien en los años difíciles?

Ahora estoy en una temporada normal, en la que lo que te puede perjudicar son las lesiones y define cómo compites a nivel internacional, en tanto en cuanto eres capaz de gestionarlas. La vida normal de un deportista de élite. Este año confío mucho en mi fisio, Miquel Ángel Cos; en el plan de mi entrenador (Adrian Durant). Ha sido una temporada profesional, cuando después del accidente (en 2016 estuvo a punto de perder la mano derecha al volcar el coche en el que viajaba) fue mucho más personal y tuve que acogerme a la gente que tengo cerca. Esos dos años fueron muy anormales. Ahora me acojo a mi sueño: Tokio 2020. Y a la confianza de que el trabajo que estoy haciendo es el correcto para llegar ahí.

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¿Y dentro de ese sueño hay objetivos concretos?

Sí, ese es macroobjetivo, el sueño global, pero para llegar ahí hay muchos escalones, y todos están definidos. Desde aquí a casi un año, hay varios objetivos, y cada uno tiene los suyos propios para poder conseguirlos. Hay distintos niveles. Es importante hacerlo así, porque con un objetivo muy grande te puedes perder en el camino. Lo primero, Doha, y el año que viene, las carreras que decida hacer. Para la pretemporada invernal tengo ya unas ideas, y sé cómo quiero competir y cuándo.

Ahora vuelve a Madrid, una ciudad que le trae buenos recuerdos, dónde ha batido récords… y en el nuevo Vallehermoso.

Hice el de 400 el año pasado y el de 100 en 2016. Las dos veces en Moratalaz. Será mi estreno en Vallehermoso, que como es una pista nueva, supongo que será rápida. El Meeting de Madrid siempre me ha ido bien y me he sentido muy arropado por la gente. Tengo muchas ganas e ilusión por correr allí. Esa reunión me ayudó para evolucionar como deportista. Espero presentar una buena actuación.

¿A qué cree que se debe esa buena conexión que tiene con el público de Madrid?

Quizá porque viví algunos años en la Blume, los veranos de 2010 a 2017, antes de irme a Barcelona. También porque competí con la Selección madrileña, en el campeonato de Federaciones. Hay mucha afición allí, y conocimiento del atletismo. Conocen aspectos más técnicos y saben de lo que hablan. No sé muy bien por qué, pero la es verdad que siento una conexión especial y lo agradezco mucho.

Va a ser un 400 interesante, con buen nivel…

Sí, será una carrera rápida, con Luguelín Santos, que ganó el año pasado (también estará Óscar Husillos. Será una buena carrera para debutar. Mi intención es ejecutar el plan y la estrategia que tengo planeada y aprovecharme de la compañía de atletas rápidos para hacer una buena marca.

¿Qué le parece el buen gran que ha alcanzado el 400 español?

Sólo hay que ver el relevo que tenemos. Aún cuando no están los principales, detrás hay más. Tenemos una profundidad increíble en esa prueba. En los campeonatos internacionales nos miran de otra forma, ahora nos tienen miedo y respeto. Creo que somos parte de una Selección fuerte, pero en todo, no sólo en la velocidad. Nosotros hacemos lo que podemos para conseguir nuestros sueños y de una manera indirecta, intentar inspirar a otros, a niños que se apunten a esto del atletismo y sientan la ilusión que tuvimos nosotros.

¿Le gusta como se está trabajando en el atletismo español?

Como en todos los sistemas, siempre se pueden mejorar cosas, pero sí hay cosas que se han hecho mejor. Aunque yo soy más de actuaciones individuales, lo que hacen los deportistas, y para mí están compitiendo muy bien.