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KARATE

Sandra: "¿Los Juegos? Cambio la presión por motivación"

Sandra Sánchez atendió a As tras la presentación del canal 'Héroes 2020' de LaLigaSports. "Me preocupa que el karate no esté en París 2024", añade.

Madrid
Sandra Sánchez.
DANI SANCHEZDIARIO AS

A un año de Tokio, ¿cómo se encuentra?

Me encuentro muy bien, muy ilusionada. He tenido unos días de descanso en verano que me hacían falta, ha sido un año muy duro y hemos desgastado mucho. Estos días me han servido de reconexión y ahora estoy con muchas ganas de salir al tatami, de que llegue el próximo campeonato porque estoy que me muerdo las uñas.

¿Ha habido mucho cambio en su rutina al ser su primer ciclo olímpico?

Desde que empecé a entrenar con Jesús todo ha sido muy organizado, pero sí que es verdad que cuanto más se acerca la fecha de los Juegos, todo se endurece más. Tenemos suerte de que el equipo trabaja de una manera muy profesional, la planificación está hecha pensada en lo que necesitamos cada uno y eso hace que a pesar de todos los campeonatos, que son muchos, podamos llegar en buenas condiciones a todos ellos. Todo es una preparación para que el pico más alto esté en agosto del año que viene.

En los Juegos Europeos de Minsk fue abanderada, ¿cómo se sintió?

Fue algo increíble, pero no me lo imagino para unos Juegos. Para ser abanderada hay que tener medalla olímpica, y nosotros de momento hacemos el debut. Llevar la bandera en los Juegos Europeos me hizo muchísima ilusión, en las fotos me veo llevando la bandera como una niña pequeña, con una sonrisa de oreja a oreja. Viví algo que es único.

La japonesa Shimizu será una de sus rivales más fuertes, ¿partirá con ventaja al competir en casa?

Tener el público a favor siempre es un extra. De todas maneras, recuerdo que mi primera medalla europea la conseguí ganando en la final a una turca, que competía en casa. Y la segunda fue en Francia contra una francesa, y también gané. Estoy acostumbrada a ganar con el público en contra –comenta entre risas– y no ha ido mal. Dentro del mundo del karate hay muchísimo respeto, no hay problemas con que no seas del país anfitrión. El público no va a silbar ni va a decir nada en tu contra. Escuche lo que escuche en la grada me lo tomo como algo bueno y salgo al tatami al cien por cien.

El karate, de momento, está fuera de París. ¿Hay mucha presión porque Tokio es la única oportunidad?

Yo no me genero esa presión. Evidentemente, todo el mundo quiere que ganemos una medalla olímpica, pero yo también lo quiero. Es algo normal, cambio la presión por motivación. Si la gente cree que tengo posibilidad de ganar una medalla olímpica es porque cree en mí y en lo que hago, y ahí digo “oye, pues qué bien”. Si van a ser las únicas, que espero que no, ojalá poder volver de Tokio con medalla.

¿Ha notado mayor apoyo de instituciones y de medios?

Completamente. A nivel de empresas que me apoyan como Iberdrola, Pelayo, Kia, Daedo… Desde que entramos en el ciclo las empresas se acercan más, gracias también a que hay unos resultados detrás y a que está esa posibilidad de medalla, y quieren apoyar el camino olímpico. También hay unos valores detrás y que se transmiten en cada cosa que haces, a las empresas les gusta aunar esos valores con el deporte.

¿Cuántas veces se ha imaginado paseando por la villa olímpica?

Cuantas más cosas me cuentan de unos Juegos Olímpicos, más crece mi ilusión, y eso que ya está por las nubes. Lo que he vivido hasta ahora son unos Juegos Europeos y ya me pareció increíble, pues imagina cómo va a ser Japón, que además lo que harán será especialmente increíble. Es un sueño por cumplir. Me hablan mucho de que te cruzas con toda la gente que ves por la tele, ¡y de repente ves que son reales! Poder compartir esos nervios, esa tensión de competir que nos pone a todos en el mismo nivel será especial. Ojalá pueda hacerme fotos con todos los deportistas, porque admiro a muchísimos: tanto a los que consiguen grandes éxitos como a los que a lo mejor no ha llegado su medalla pero sí conozco el esfuerzo que tienen detrás, que es lo que más valor tiene.

Antes de ser olímpico, ¿sentía que tanto usted como deportista, y el karate como deporte, estaban infravalorados?

Estábamos en un segundo plano, es normal. Unos Juegos Olímpicos dan muchísima visibilidad. Me preocupa que si no estamos en París, después de Tokio podamos volver a pasar a ese segundo plano. Ojalá que no, ojalá que todo lo que ha supuesto el entrar se mantenga. Por nuestra parte vamos a seguir luchando porque el kárate siga llegando a niños, adultos, y porque siga transmitiendo todos esos valores positivos, estemos dentro de los Juegos o no.

Después de Tokio, ¿cuál es la hoja de ruta, tanto en su carrera como en la búsqueda de mantener al karate como olímpico?

La verdad es que no tengo una hoja de ruta. Nunca la he tenido en ningún aspecto de mi vida, siempre intento dejar que la vida me vaya sorprendiendo. De momento quiero que llegue Tokio. Después de Tokio está el Mundial y seguramente quiera estar ahí. Tengo que ir viviendo el día a día porque sé que todo esto va a generar muchas cosas que hoy día ni siquiera imagino.

¿Qué le diría a alguien que desconoce el karate para que os siga?

Yo siempre animo a todo el mundo a que, por lo menos, nos vea. Una vez que nos ve, gusta. Sobre todo si nos ven en directo, creo que todo el mundo que nos ve en directo se lleva una sensación increíble cuando nos ponemos en el tatami. Que se animen a verlo, que una vez que lo hagan les va a gustar. Además también hay una enorme transmisión de valores, para pequeños y mayores. El karate es un deporte para toda la vida, así que si buscan esa parte que tanto reclama la sociedad de los valores, las artes marciales y disciplina; el karate lo reúne todo.