Francia castiga a España otra vez en el último segundo

La tradición más reciente tiene una máxima: en los España-Francia de balonmano, en casi todas las categorías, en un final igualado siempre ganan los franceses en el límite del partido. Hoy, a tres segundos del final, Noah Gaudin, el héroe del encuentro, marcó su noveno gol, y el que decía el partido: 23-24 (10-13). Francia, pasa a los cuartos de final; España, a jugar un choque más para despedirse sin gloria, y sin ganas.

No hubo revancha entre estos combinados de la final del Mundial juvenil con casi los mismos protagonistas y que ganó Francia por tres goles. Pero sí hubo partido, el mejor de España en el Mundial:tras 10 minutos nefastos, a la deriva, sin defensa y con pérdidas continuas, con un ataque machacón por el centro que salía rebotado (2-8), la Selección tomó otro derrotero, de la mano de Tarrafeta, recuperado antes de tiempo por la necesidad del encuentro, en una brillante actuación.

La remontada fue poco a poco, rebajando goles cada cinco minutos, aprovechando errores, con Tarrafeta, Valera y Suárez en la primera línea, por momentos apostando por el doble pivote (Montoya y Goenaga), con Jorge Broto en un minutos impecables en la portería, con la estrella gala Villeminot desaparecida, con Prandi sin significarse. En el minuto 47 los imposible era real: 17-16. La remontada se había consumado.

En esos últimos minutos, en los que España gozó de ocasiones para escaparse a esos dos goles de renta que permiten respirar, fue imposible: por los errores propios y porque Gaudin, el otro central que se desdobla al lateral izquierdo, asumió que tenía que ser él que contestase a España. Y lo hizo, sobre todo porque con empate a 23, le llegó el balón, se encontró frente a un español que le esperaba en siete metros, no le tocó, lanzó sin contacto...y ¡23-24! La historia se repite sin importar los protagonistas, sólo que sea un España-Francia.