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WATERPOLO | GWANGJU 2019

De Río a Gwangju: Tarragó renueva la ilusión como Abrines

La jugadora de la Selección abandonó el deporte durante dos años. “¿Habéis visto el vídeo de Abrines? Yo me identifico. A muchos nos pasa”, comentó.

Corea del Sur
Roser Tarragó.
RODOLFO MOLINA

Roser Tarragó era apenas una joven de 19 años en Londres 2012 capaz de echarse el equipo a la espalda y marcar goles determinantes. La plata fue el comienzo de una trayectoria meteórica para la Selección, siempre con los goles de ‘Ru’, también decisiva en el oro mundial de 2013 y sobre todo en el Europeo de 2014, quizás su mejor campeonato. Todo iba como la seda hasta que, tras la decepción del Mundial de Kazán de 2015 al caer ante Estados Unidos, llegó Río 2016, el objetivo del ciclo.

La Selección tuvo un mal partido ante Rusia en cuartos de final y se tuvo que conformar con el quinto lugar. “Esos Juegos fueron muy duros, luchar por esa posición es complicado. Estás destrozadoa”, argumenta. Luego le llegó el bajón cuando se fue estudiar a Estados Unidos: “No me gustaba jugar, me costaba tirarme al agua, no tenía motivación ni alicientes. Es algo que no pasa de golpe, pero sí que hay un día que dices basta”.

“¿Habéis visto el vídeo de Abrines? Pues me identifico y eso nos pasa a mucha gente”, comenta. “La salud es más importante que el deporte”, reconoce. La de Mataró dejó de jugar hasta que esta temporada la inició en el CN Mediterrani y a final de año emprendió una aventura enriquecedora en Australia. Pero el talento de Ru estaba predestinado a llamar de nuevo a las puertas de la Selección. Los técnicos la fueron a buscar y ella aceptó. Había recuperado la ilusión. Era el momento de volver.

Tarragó está en Gwangju y este lunes peleará con sus compañeras por regresar a otra semifinal Mundial, algo que ya ocurrió en Barcelona y Budapest, hace dos años. La de Mataró, que ahora tiene 26, será una pieza importante en un encuentro que se presume equilibrado ante la campeona de Europa, Holanda (10:00).