El Salvador-VRAC: la Liga se vuelve a ventilar en Valladolid
Quien gane romperá el empate a ocho títulos entre ambos e igualará a Arquitectura, con nueve, en lo alto del palmarés nacional. No quedan entradas en Pepe Rojo.
Un año más la Liga Heineken se ventila en Valladolid. Por tercera vez consecutiva y la cuarta en las últimas cinco temporadas, SilverStorm El Salvador y VRAC Quesos Entrepinares chocan en una final (18:00, +TDP) que vuelve al Pepe Rojo tras acordar ambos protagonistas no volver a echar mano del José Zorrilla como en ocasiones anteriores.
El complejo vallisoletano, que se ha remozado en los últimos tiempos y cuenta con aforo para unos 5.500 espectadores, colgará el 'no hay billetes' para un partido que romperá el empate a ocho entorchados entre chamizos y queseros: quien gane tendrá la primacía en la ciudad y se juntará con el histórico CD Arquitectura en lo alto del palmarés nacional.
Un hecho que sería la confirmación estadística de una realidad hace tiempo asentada. Que pese a los arreones de Alcobendas, campeón de Copa este año, la ciudad del Pisuerga es la plaza fuerte del rugby español. Pase lo que pase este sábado, en ella se habrán quedado 16 de los últimos 23 títulos puestos en juego, incluidas todas las ligas desde 2012.
Convocatorias
De ellas el VRAC, más a la sombra de sus vecinos en la década anterior, ha conquistado seis. La dictadura del Quesos en los últimos años incluye además tres copas, seis supercopas y tres copas ibéricas (que miden al campeón español con el portugués). Un dominio sólo interrumpido por el Chami con su victoria en la última Supercopa.
Y es que en estos tiempos de puño de hierro de sus rivales azulones, El Salvador sólo ha podido añadir a sus vitrinas una Liga, una Copa (doblete en 2016), una Supercopa y una Ibérica. Llegan los de Juan Carlos Pérez, sin embargo, con el crédito de haber sido campeones de la fase regular y de haber ganado el derbi de la ida. “Tiene su morbo empatar a Arquitectura y superar al eterno rival siempre es especial”, aseguró el entrenador chamizo, que no ha sufrido novedades estos días en forma de lesiones, en un encuentro organizado por este diario y la SER a propósito del partido.
“Siempre un entrenador piensa en ganar, pero también en cómo hacerlo. Jugando bien es más fácil ganar, pero en una final cuesta más, quieres amarrar más y eso te hace jugar peor", explicó Pérez. Y es que los partidos entre ambos equipos, que se conocen de memoria ya, acostumbran a ser cerrados y muy trabados precisamente por eso. “El parón de tres semanas nos vino bien para recuperar gente, hemos podido trabajar juntos, hicimos entrenamientos de mucha calidad. Espero que se vea en la final”, aseguró por su parte Diego Merino, preparador del Quesos, que se quedó fuera de la disputa por la Copa debido a su mal arranque liguero este año y llega al duelo sin bajas nuevas y con tanto hambre como su rival. Porque antes del domingo electoral puede haber ya un 'sorpasso' y alguno de los dos asaltará el cielo del rugby español.