"España es la primera potencia y referente mundial del pádel"
Alfredo Garbisu| presidente de la Federación Española, aspira a la expansión internacional de su deporte con los cambios en la Federación Internacional
AIfredo Garbisu (Bilbao, 62 años) preside la Federación Española de pádel desde 2016, a la que llegó desde la vicepresidencia de la Federación Vasca, “la más antigua del país, creada antes incluso de que se hubiese formalizado la de España”.
Asume que llegó al cargo por una sucesión de casualidades: “El presidente de la Vasca me había pedido que le sucediese y después de insistirme mucho le dije que sí. Y me contestó que era el momento de que me fuese fogueando representándole en las reuniones que estaban organizando los presidentes de las territoriales para buscar un relevo para Miguel Medina, que ya llevaba muchos años al frente de la Española. De aquellas reuniones en la que yo iba de mero representante de un presidente, salió la que sería mi candidatura de consenso”.
En estos casi tres años ha vivido situaciones con las que no contaba: “Es que yo era bien pensado y quizá un ingenuo provinciano. Confiaba en que estábamos aquí para echar una mano, pero te das cuenta que a veces algunos están por motivos inconfesables”.
Asegura que está al frente de un deporte en el que “España es la primera potencia mundial y el máximo referente”. Lo explica con el dominio deportivo “en mujeres y en categorías inferiores en los últimos años, en los que España lo ha ganado todo”. “En la categoría masculina ya nos vamos igualando a los argentinos, pero actualmente creo que el mejor modelo organizativo es el nuestro”, asegura Garbisu, que del tenis derivó hacia el pádel (“cada vez menos por falta de tiempo) y al golf (“juego en un club al lado de mi casa”).
Práctica masiva. Dice que “el pádel, según los estudios del CSD, es el tercer deporte más practicado de España”, con más de cuatro millones de jugadores habituales. “Tenemos 70.000 licencias federativas, y cuando llegué realmente me parecían pocas para ese volumen de jugadores, pero luego vas comparando con otras federaciones y te das cuenta de es un número considerable, con más de 15.000 licencias de menores, y casi 25.000 femeninas”. Con esos números su Federación tiene un presupuesto de un millón de euros, con una subvención del CSD de “150.000 euros, y gracias; y el resto en recursos propios, de los que 3,75 euros vienen de cada una de las licencias”.
Y explica lo de las gracias: “Cuando fui a preguntar al Consejo Superior de Deportes acerca del criterio de las subvenciones me dijeron que nuestro deporte no está reconocido oficialmente, y que el dinero que nos dan es porque asumen la implantación que tenemos en el país”.
Aspiración olímpica. ¿Y si no tienen Federación Internacional cómo aspiran a ser olímpicos? “El pádel tiene un largo camino por delante en las dos direcciones. Respecto a las exigencias del Comité Olímpico Internacional, de un mínimo de 40 países y tres confederaciones continentales, estamos a punto de cumplir con el número de países, y con la creación de la Europea y la de América del Norte más la Sudamericana tener las imprescindibles”, asegura Alfredo, que con el presidente de Portugal ha sido el promotor de la Europea. “Es que el tenis trata de tutelar el pádel europeo con sus federaciones nacionales, y creo que nos adelantamos a esa iniciativa”. asegura.
Está pendiente homologar la Federación Internacional para dar el paso de ser reconocido por el COI. “Lo primero que nos ha pedido GAISF (ahora SportAccord), la asociación que homologa a las federaciones, es que le cambiemos el nombre, porque el de FIP ya lo tiene otro organismo, y además que las reglas de nuestro deporte sean propias y no las del tenis. En eso estamos. Desde el Mundial de Paraguay, que se cambió toda la Junta directiva de la Internacional, se están dando pasos en este sentido”, explica, a la vez que da algunas pinceladas de su propuesta: “Acabar los juegos con punto de oro, y con el tiempo que se gana jugar los sets a ocho, y la puntuación de 10, 20, 30 y juego”. Porque no cree que se puedan hacer grandes revoluciones en un deporte que ya está asentado.
Vicepresidente de la naciente Federación Europea, el vasco aspira a poner en marcha algunos proyectos, como la “Euroamérica Cup, una especie de Ryder Cup en el pádel. No, no sería un duelo entre España y Argentina, porque la idea es de dos selecciones con una docena de jugadores con un máximo de tres por país. Y sí, hay jugadores suficientes en los dos continentes para montar ese torneo”.
Mantiene su residencia en Bilbao, “aunque los compromisos obligan a venir a Madrid más de lo previsto” afirma este industrial que vive de su empresa de reformas e interiorismo. “Hace diez años no hubiese podido mantener el cargo; tenía que pagar las carreras de mis tres hijos. Ahora, aunque facture menos por la falta de tiempo para dedicar al negocio, y aunque en casa me lo recuerden a final de mes, ya es otra cosa. Me puedo permitir no vivir del cargo de presidente”.
Reelección. Aunque llegó por una contingencia y como presidente de consenso “para estar sólo los cuatro años de un mandato”, ahora, tras haber afrontado “situaciones que no se podían ni intuir”, apunta que su idea es presentarse a la reelección para sacar adelante “los retos inmediatos que tiene el pádel a nivel organizativo internacionalmente”.
Está convencido de que en España “el pádel aún está en expansión”, y ha cambiado la perspectiva de alguna idea con las que llegó al cargo: “Los campeonatos de España de menores, con 1.500 niños, me parecían una barbaridad, y planteamos una especie de rondas previas para hacer una criba. Y no. Nos hemos dado cuenta de que esos campeonatos masivos son en realidad la gran fiesta del pádel nacional, por lo que sí hemos variado aspectos organizativos para acelerar los campeonatos y no tener tiempos muertos con las pistas vacías, y en tres años hemos pasado a 1.700 jugadores; eso sí, sin que se les programe partidos de madrugada”.