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RUGBY | 6 NACIONES

El Dragón se hizo granito para darle a Gales el Grand Slam

Irlanda no tuvo opción en Cardiff y cayó 25-7 como ya hicieron ante el conjunto de Gatland el resto de rivales en el 6 Naciones.

El Dragón se hizo granito para darle a Gales el Grand Slam
PETER CZIBORRAAction Images via Reuters

Gales es el nuevo campeón del 6 Naciones. Y lo hizo a lo grande, con pleno de victorias y el consiguiente Grand Slam. La duodécima ocasión en la que el Dragón redondea un torneo venciendo todos sus partidos. Irlanda, pese a llegar con opciones de título a esta última jornada, no tuvo nada que hacer ante el granitico combinado de Warren Gatland. Cayó 25-7 y lo poco que logró sumar lo hizo con el tiempo cumplido.

El resultado refleja lo que ha sido Gales en esta edición, quizá la menos brillante de los últimos años: un rugby sólido, de gran efectividad defensiva, con pateos certeros y lanzando a su línea cuando los rivales mostraban carencias. El Dragón acumula 14 victorias consecutivas en los últimos meses y llegará al Mundial de Japón cargado de moral tras consolidarse, a día de hoy, como el conjunto más fuerte del Hemisferio Norte. Inglaterra hizo un juego más ofensivo, y tuvo su oportunidad en Gales, pero aquella remontada en los últimos 20 minutos de la tercera jornada demostró que el torneo sería para el Dragón.

Un minuto tardó Gales en hacer un ensayo. Una genialidad de Anscombe, con una patada casi lateral para romper la línea y que Parkes, como un cuchillo en mantequilla, se colara para abrir el marcador. Fue el único posado galés del Dragón en el partido. No necesitaría más. Con esa ventaja se aferraría a su defensa, como en todo el torneo, para ir anulando a Irlanda. La a priori gran favorita, y vencedora con Grand Slam en 2018, no sabía qué hacer. Intensidad puso toda, el choque era una batalla, pero Gales tenía el control.

Llovía en el Principality, que optó por no echar la cubierta, quizá para darle más épica a la tarde. Beirne robaba el balón en un ruck cuando parecía que llegaba el segundo y pocos segundos después Anscombe pasaba un pateo tras un penalti de Sexton. El apertura irlandés no quiso ir a palos para recortar distancias, al Trébol no le salían más cuentas que vencer y fue a touch. Pero ahí, en los cielos, desplegaba el Dragón sus alas y abortaba cada intento del Trébol. Ni por arriba ni por abajo. Dos penalizaciones más antes del descanso y Anscombe que colocaba el 16-0 para disfrute del Príncipe William, sonriente en el palco de autoridades del Principality Stadium.

A Irlanda se la seguía notando incómoda incluso en la segunda mitad. Healy placaba a Francis sin balón y Anscombe se cobraba la recompensa con otro pateo. De nuevo el neozelandés (galés por parte materna) firmaría otro pateo en el 53' y cerraría la cuenta en el 69'. A los de Gatland no les hacía falta ir a la guerra con los ensayos, a distancia, con sus misiles sería suficiente mientras en su trinchera iban cayendo los intentos irlandeses. La defensa era infranqueable.

Ya con el partido sentenciado y todo el planeta reconociendo a Gales por su gran campeonato, encontró Irlanda el camino Larmour con el tiempo cumplido. Cinco partidos y cinco victorias en las que, con el paso de las semanas fue encajando menos puntos ante Francia (19), Italia (15), Inglaterra (13), Escocia (11) e Irlanda (7).