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Nick Foles es agente libre y se abre la veda del quarterback

Aunque pueda parecer que Foles es la mejor opción para cualquier equipo que necesite quarterback, en este mercado hay soluciones mucho más interesantes.

Madrid
NEW ORLEANS, LOUISIANA - JANUARY 13: Nick Foles #9 of the Philadelphia Eagles warms up before the NFC Divisional Playoff against the New Orleans Saints at the Mercedes Benz Superdome on January 13, 2019 in New Orleans, Louisiana.   Jonathan Bachman/Getty Images/AFP
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Jonathan BachmanAFP

Durante algunas semanas en los medios ha circulado la posibilidad de que los Philadelphia Eagles designaran al quarterback Nick Foles como jugador franquicia, pero era una locura y al final no ha sucedido. Los Eagles han descartado la idea y el jugador es agente libre. Ponerle el Tag equivaldría a pagarle durante un año un sueldo de super estrella. Nada menos que 25,578 millones de dólares. A un suplente. Por hacer una comparación, este año Carson Wentz, en su cuarto año de contrato de rookie, ganará 4,087 millones, que pueden ascender a 8,487 si sumamos lo que corresponde a 2019 de lo que cobró por el bono cuando firmó su primer contrato. Eso significa que los Eagles habrían necesitado cortar a varios jugadores para conservar un año a Foles, que inevitablemente se habría marchado dentro de doce meses. Una locura. Con ese dinero garantizado, pensar en la posibilidad de un traspaso habría sido una utopía.

Pero ahora llega el momento de la verdad. ¿Quién pujará por Foles y cuánto le pagará? ¿De verdad hay tantas novias para él? ¿Tantos equipos desesperados por conseguir un quarterback con su perfil? No lo creo. Y tampoco creo que para ellos Foles sea la mejor opción. Casi todo el mundo parece dar por hecho que firmará en breve un contrato de larga duración que rondará los 20 millones por temporada, pero me parece mucho más probable un contrato del estilo al que firmó Keenum el año pasado con los Broncos. 36 millones en dos años con 25 garantizados y muchas cláusulas que permitían al equipo librarse de él con facilidad si no rendía al nivel esperado, o traspasarlo con sueldo de suplente caro, que es lo que es.

Jaguars, Redskins y poco más

Realmente solo hay dos equipos desesperados por conseguir quarterback: Jaguars y Redskins. Tom Coughlin ha dicho hace pocos días que Blake Bortles es su quarterback. Pero tú y yo sabemos, después de ver la serie ‘The Good Place’, que solo un coreano muerto y enviado al cielo por error puede considerar a ese tipo como un buen quarterback. Además, los Jaguars son el equipo con menos dinero en esta agencia libre. Ahora mismo solo tienen medio millón de dólares en el bolsillo y necesitan reunir unos quince millones solo para pagar a sus elecciones del draft. Me parece más lógico que gasten su pick 7 en un quarterback rookie, y no que inviertan en Foles. Incluso sería más lógico que se gastaran el dinero en Bridgewater, que probablemente saldría mucho más barato.

Los Redskins están en una tesitura parecida. Ahora mismo tienen unos 19 millones de margen contra el cap y el lastre del contrato de Alex Smith, que no jugará en 2019 pero restará más de 20 millones en el cap. Su corte es implanteable por la cláusula de lesión. Podrían apostar por Foles, que además se conoce la división al dedillo, pero no tendría mucho sentido con Alex Smith de vuelta en 2020. Aunque para muchos ese sea el movimiento más esperado y más obvio, yo creo que sus esperanzas también están puestas en conseguir barato a Bridgewater.

Foles no es garantía de nada

Dolphins, Giants o Raiders también parecen en búsqueda activa de quarterback, pero en ninguno de los tres casos quieren un jugador con el perfil de Foles, por muchos 30 años que tenga. Si añadimos los equipos que podrían interesarse por Foles como segundo quarterback, la lista sería mucho más larga, pero el salario también mucho más bajo.

Porque esa es la siguiente cuestión. Foles es el quarterback suplente con el que soñarían el 80% de las franquicias de la NFL. Un tipo con buen palmarés, que ha demostrado que puede echarse el equipo a la espalda en los playoffs, que ha ganado una Super Bowl siendo elegido MVP y que en 2013 tuvo una sólida temporada regular. Pero ahí está el gran interrogante: ¿es Foles capaz de rendir en algún equipo como lo hace en los Eagles? ¿puede ser un quarterback sólido de temporada completa? No hay que olvidar que la mejor temporada de Foles fue en su segundo año como profesional y en el sistema de Chip Kelly, que favorecía muchísimo el juego del quarterback. Un año después, con un Kelly más ortodoxo, Foles fracasó hasta que se lesionó. Después volvió a fracasar en los Rams (es verdad que con Fischer como head coach)… y resucitó en los Ealges de vuelta a casa cuando estaba ya prácticamente retirado.

El problema es que en estos dos últimos años exitosos en Filadelfia ha enlazado actuaciones extraordinarias con partidos muy regulares. Y siempre jugando con la soltura del que no tiene nada que perder. El peso de un backfield desde la semana 1 hasta la 17 es terrible, y exige jugar con un temple que no está nada claro que esté al alcance de Foles. Y sus dos últimos partidos de playoffs no fueron como para que nadie pensara “yo quiero fichar a este tío”.

Bridgewater es su competencia directa

Si miramos el mercado, un equipo necesitado solo tiene otro agente libre interesante: Teddy Bridgewater. El resto de la lista son potenciales números dos o paquetes integrales. En mi opinión Bridgewater es una apuesta mucho más interesante que Foles. Es más joven, tiene 26 años, sus aspiraciones económicas serán menores, también es válido como número 2 y, por encima de todo, su fichaje no cierra la puerta a conseguir una pieza de caza mayor después del draft. Y me explico.

Tannehill o Keenum

Todo apunta a que los Broncos quieren traspasar a Keenum, los Dolphins se están pensando traspasar a Tannehill y los Raiders podrían traspasar a Carr si consiguen un quarterback de futuro en el draft. Se puede discutir si Foles es mejor que Keenum o no, pero el de los Broncos ya tuvo una temporada sólida con los Vikings en 2017 aunque en Denver no estuvo tan acertado en 2018. La balanza está más o menos equilibrada en el aspecto deportivo. En el económico Keenum gana por goleada. El que lo contrate tendrá que pagarle solo 18 millones, sin cargas posteriores ni peajes, y probablemente los Broncos se conformarían con una ronda baja por él.

En el caso de Tannehill, la discusión probablemente no esté tanto en el talento como en la capacidad para mantenerse sano. Quizá no sea un quarterback élite de la NFL, pero es un titular muy sólido. Los Dolphins seguro que pedirán algo más por él que los Broncos por Keenum, pero a cambio su contrato es un chollo. Le quedan dos años, tiempo de sobra para ver si merece un nuevo contrato de larga duración, tiene 30 años como Foles, así que puede ser un proyecto de futuro, y tiene que cobrar 18,7 millones en 2019 y 19,4 en 2020, con la tranquilidad de que se le puede cortar en un año si la cosa no funciona y sin que cueste un duro.

La mejor apuesta de esta offseason es Derek Carr

Algo similar pasa con Carr. Lo normal es que los Raiders se lo queden, y su general manager ya ha dicho que lo harán, pero a Gruden no le gusta por mucho que lo niegue con la boca pequeña. Cuando le han dejado ha hecho temporadas fantásticas, tiene solo 27 años, le quedan cuatro años de contrato en los que cobrará algo menos de 20 millones por temporada y ya sabemos que Gruden vendería a su padre por una primera ronda y una de las dos terceras de los Redskins. Creo que ese es el movimiento que deberían hacer los de Washington. Se quedarían sin margen para arreglar su renqueante secundaria, pero tendrían por fin un quarterback para muchos años.

En conclusión, creo difícil que Foles consiga un contrato de quarterback titular. Fundamentalmente porque no hay demasiados equipos necesitados, y los que lo están tienen la vista más puesta en el draft. Apuesto por que firmará un contrato de suplente y eso abre el abanico de posibilidades a casi cualquier equipo de la NFL.