El Logroño escala a la tercera plaza y distancia al Huesca
El trabajo de Kukic y Scott cuando los oscenses remontaban clava para los diez goles de diferencia al final del encuentro
El Logroño La Rioja se ha colocado tercero en la clasificación de la Liga Asobal al derrotar al Bada Huesca por un claro 34-24 en un partido en el que ha sido muy superior a los oscenses. Ambos equipos llegaban al encuentro igualados a puntos pero ese equilibrio no se ha reflejado en un partido en el que el Logroño siempre ha mandado y en el que su rival no ha tenido ni un resquicio por el que acercarse.
Los dos equipos empezaron fríos el partido y el Logroño fue el primero que empezó a dar ritmo al partido, alentado por las ganas de Juan del Arco, que regresaba tras varios encuentros parados. Su ambición y las paradas de Sergey Hernández (10 antes del descanso) dieron un margen al conjunto riojano para empezar a mandar en el choque. El Huesca también contó con Daniel Arguillas a buen nivel en la portería, pero en general le faltó velocidad e intensidad en defensa.
Así, poco a poco, el Logroño asentó su ventaja, aunque no llegó a estar cómodo del todo durante muchos minutos, hasta que en la recta final del primer tiempo la velocidad de Ilic llevó a los riojanos a tener su máxima diferencia, de cinco goles (16-11). Algo que, en lugar de beneficiarles les perjudicó, porque les llevó a regresar al campo sin intensidad y verse a merced de un Huesca más combativo que antes.
El equipo aragonés redujo diferencias (16-14) ante un Logroño que tardó casi siete minutos en volver a marcar, con lo que el partido se avivó de nuevo. Pero no fue real. En cuanto el Logroño despertó, liderado ahora por Scott y Kukic, y defendió mejor, se volvió a ir (22-15, minuto 14) ayudado también por Hernández, que mantenía el buen nivel en la portería.
Entonces el Huesca se entregó. Comprendió que hoy no era su día y optó por intentar llegar al final con el menor castigo posible frente a un rival con el que hasta hoy estaba empatado a puntos. Pero no lo consiguió, porque el Logroño había despertado y quería darse una alegría para demostrar, además, que puede luchar por el subcampeonato de la Liga Asobal.