El último Mundial, un negocio que pagan jugadores y clubes
El Barcelona comenzará la segunda vuelta sin Sorhaindo y con la duda de Palmarsson; el Ademar, sin Carou...Dujsebaev, Sarmiento....
El domingo en Herning (Dinmarca), Moustafa Hassan, presidente de la Federación Internacional, se mostraba orgulloso con la organización del Mundial en Alemania y Dinamarca: más de un millón de espectadores en directo, con lleno en casi todas las ciudades, era el balance de su discurso. Además, tanto en Alemania como en Dinamarca las cifras de interés en la televisión eran una locura, hasta el punto de que la final del domingo en Dinamarca superó las cifras del europeo de fútbol que ganaron los daneses.
Un gran espectáculo. Una gran imagen para el balonmano. Un reclamo interesante para el desarrollo de este deporte de manera internacional.
Sin embargo, las miserias de un Mundial millonario las pagan directamente los jugadores, e indirectamente los clubes para los que trabajan. El portero francés Vincent Gerard no se muerde la lengua: "Hemos jugado diez partidos en 17 días. Es imposible". Y sí, es posible, porque el Mundial ha cambiado el formato la intención de rebajar encuentros se ha aumentado, pero los días se intentan que sean los menos posibles: menos gasto para las organizaciones.
Y tanta intensidad, se paga. Por ejemplo, España, al margen del susto con Ariño y Corrales, ha tenido que cambiar a dos jugadores con lesiones, Sarmiento (tres semanas) y Dani Dujsebaev (con rotura de ligamentos y baja en el Kielce polaco).
Al Barcelona, por ejemplo, se le han encendido las alarmas: primero, lesión de Sorhaindo con Francia, y luego Palmarsson con Islandia que prácticamente se ha perdido medio Mundial con una selección en la que atacaba y defendía, y no es el único islandés lesionada al margen de Sigurdsson que se lesionó en la pretemporada.
El Ademar ha regresado a los entrenamientos, pero con el argentino Carou lesionado, que cayó en el Mundial con un golpe en la mano, y hasta mediados de febrero no podrá contra él Guijosa.
En el partido por el bronce, el portero francés Cyril Dumoulin no acabó el encuentro que ganarían los franceses a alemana, y se teme que sufra una rotura de ligamentos, como el serbio Nemanja Zelenovic. Y estos son los lesionados más llamativos y conocidos, porque hay otros que se disfrazan, como el croata Cindric, del Kielce, del que se desconoce su estado real. Pero en lo que hay acuerdo y unanimidad es que el calendario, tan comprimido, es el culpable de tan alto número de lesionados.Nadie lo discute, aunque las federaciones evitan el pleito con los intereses de la IHF.