Tom Brady y Belichick ganan a Chiefs y vuelven a la Super Bowl
El quarterback de New England dirige dos series inhumanas, una en el último cuarto y otra en el tiempo extra, para ganar a los Chiefs y llevar a los Pats a su tercera Super Bowl consecutiva.
Lo de Tom Brady no tiene explicación racional. Los Patriots dominaron el partido durante tres cuartos, pero cuando apareció Mahomes haciendo jugadas propias de un extraterrestre todo su plan se vino abajo. Y llegaron los errores de New England y casi el caos. Entonces, como siempre, en un nuevo partido épico que sigue engrandeciendo su leyenda, Tom Brady emergió con gesto impertérrito como el único capaz de mirar frente a frente al quarterback de los Chiefs. En una batalla ofensiva memorable de ocho minutos del último cuarto y cinco de tiempo extra, esos dos gigantes, Mahomes y Brady, libraron un duelo inolvidable, que pasará a los anales de la NFL y que terminó con victoria de New England simple y llanamente porque la moneda decidió que fueran los de Belichick los que empezaran atacando en la prolongación.
Los Patriots empezaron como a ellos les gusta. Controlando el reloj con una serie larguísima de más de ocho minutos y metiendo el dedo en la llaga de sus rivales, que es la defensa contra la carrera interior. Sony Michel avanzaba yardas por autopistas mientras la línea ofensiva dominaba sin problemas al front seven. El mismo Michel entraba en la end zone rival para adelantar 0-7 a los suyos y helar las gradas de Arrowhead.
Los Chiefs no tuvieron respuesta y le devolvieron la pelota a Brady en un par de minutos, para que los de Belichick siguieran cocinando a sus rivales a fuego lento, sin miedo a jugar con terceros downs y consumiendo reloj casi al mismo ritmo que en la serie anterior. El primer cuarto voló con 12:38 de posesión para New England y 2:22 para Kansas City y parecía que los visitantes estaban comodísimos en la final de conferencia. Pero entonces ocurrió lo más inesperado. Brady lanzó una intercepción cuando su equipo estaba a pulgadas de la end zone rival. El dominio en el campo se quedaba sin reflejo en el marcador y los de Reid seguían a una anotación.
Tom Brady saca el genio antes del descanso
Desde esa jugada, y casi hasta el descanso, se sucedieron los punt de unos Chiefs que vivían en el alambre con Mahomes siempre muy presionado por una defensa muy agresiva de Belichick. Pero en el otro lado las cosas ya no rodaban tan bien. El efecto sorpresa había desaparecido, las carreras de Michel ya no avanzaban con tanta facilidad y Brady estaba a punto de ser interceptado otra vez. Los Chiefs llegaban a distancia de field goal después de una recepción extraordinaria de 42 yardas de Tyreek Hill, pero se salían de ella cuando Mahomes sufría un sack que le hacía perder 14 yardas.
Belichick tenía preparada una última sorpresa antes de ir al vestuario. Los de Boston empezaron una última serie a falta de 3:08 con esa calma pasmosa que solo tiene Tom Brady en los grandes partidos. Parecía que iban tan despacio que corría peligro hasta el field goal, pero después de insistir con la carrera pese a que el reloj parecía volar, Brady lanzó un pase perfecto a Phillip Dorsett a la end zone para poner a su equipo por delante 0-14. Y los Chiefs tuvieron hasta suerte. Quedaban 27 segundos, Mahomes intentó una machada y sufrió un sack con fumble de Van Noy que a punto estuvo de ser recuperado por New England a distancia de field goal.
La genialidad de Mahomes
Tras la reanudación los Chiefs entraron en el partido a lo grande. Sobreviviendo a un tercer down con un pase de Mahomes de 54 yardas a Sammy Watkins y touchdown de Kelce en la jugada siguiente (7-14). Solo hicieron falta dos minutos para que todo lo bueno que tienen los de Kansas City saliera a borbotones y los devolviera al partido. Mahomes, que estaba jugando presionado casi en cada jugada, daba pases en posturas inexplicables mientras telegrafiaba el campo, buscaba receptores y los encontraba con misiles que salían de su brazo en escorzos imposibles que romperían varias articulaciones a un ser humano normal. Las dos siguientes series acabaron en punt, con Tyreek Hill metiendo a su equipo muy atrás en su empeño por conseguir una gran jugada. El tiro le salió por la culata y tras el posterior despeje los Pats empezaron a atacar en la yarda 37 de Kansas City. Los visitantes no consiguieron avanzar casi nada, pero Gostkowski no falló un field goal de 47 yardas que pudo a su equipo otra vez dos anotaciones por delante (7-17).
A esas alturas los Chiefs llevaban 23 yardas de carrera y Mahomes era presionado por todas partes. Su línea ofensiva no podía frenar las oleadas de blitzs de la defensa rival y los locales ya habían abandonado cualquier planificación y se habían encomendado a la genialidad de su quarterback para ganar. Un pase de muñequilla a Sammy Watkins cuando estaba a punto de sufrir un sack llevaba al paroxismo a los aficionados que abarrotaban Arrowhead. Otro de inmediato a Damien Williams de 33 yardas dejaba a su equipo a 14 yardas de la end zone rival. Mahomes, jugando un football sobrenatural, lanzaba un nuevo pase a Wiliams en la end zone y los Chiefs se quedaban a solo tres puntos por detrás de New England (14-17) recién comenzado el último cuarto.
New England se colapsa
El siguiente ataque de New England se alargó más de cinco minutos y llegó hasta la yarda 25 de los Chiefs, donde se atascó en cuarto down. Belichick, más atrevido que nunca, decidió jugarse una carrera interior de Burkhead que no llegó al primer down y le devolvió la pelota a Kansas City. Los Patriots seguían jugando el football dominante que tanto les gusta pero, como había sucedido en la primera mitad, no estaban sacando los réditos esperados por el dominio que estaban teniendo. Además, estaban empezando a perder ese control de los intangibles que siempre ha sido su especialidad. En el siguiente ataque los Chiefs tuvieron que despejar y estalló la polémica. Edelman intentó coger el balón, que venía botando, pero no pudo, fue recuperado por Dieter para los Chiefs y éste llegó con él hasta la end zone rival. En un primer momento los árbitros dieron touchdown porque Edelman había tocado la pelota ligeramente con el pulgar. Después de revisar el vídeo decidieron anular la jugada anterior y devolverle la bola a New England.
El público todavía estaba rugiendo enfadado por la decisión anterior cuando Bardy sufrió su segunda intercepción por un balón rebotado precisamente por Edelman, que no pudo atraparlo. Dos jugadas después Mahomes conectaba otra vez con Williams que anotaba un touchdown de 23 yardas y adelantaba a su equipo por primera vez (21-17). En dos minutos desastrosos los de Belichick habían tirado por la borda casi todo el trabajo anterior. Quedaban 7:45, ahora eran ellos los que tenían que remontar.
La locura final y la leyenda de Brady
Los Patriots necesitaban anotar y sucedió casi lo mismo que en la serie en la que comenzó su debacle. Llegaron hasta la yarda 10 rival y ahí se atascaron en cuarto down. Pero esta vez la jugada si tuvo éxito y Sony Michel corrió para 10 yardas y para volver a adelantar a su equipo (21-24). Restaba 3:32, el balón era para Mahomes, y el quarterback de Kansas City solo necesitó minuto y medio para atravesarse el campo. Damien Williams conseguía su tercer touchdown de la noche, esta vez de carrera (28-24). El partido se había vuelto loco, los dos quarterbacks habían entrado en estado de resonancia, el reloj llegó al tiempo mierto de los dos últimos minutos y, como tantas veces en estos años, apareció el Tom Brady de las grandes ocasiones, acompañado de Gronkowski cuando más falta hacía, para que Burkhead le diera otra vez la vuelta al marcador (28-31). Quedaban 32 segundos, pero a esas alturas eso era una eternidad. Mahomes no solo consiguió llegar a distancia de field goal, incluso tuvo margen para intentar un touchdown. Butker metió entre palos una patada de 39 yardas y, como había sucedido en el Saints-Rams, el partido se fue al tiempo extra.
Estaba claro que el que ganara el sorteo tendría casi todas las papeletas para llegar a la Super Bowl, y fueron los Patriots. Brady, impasible, como si estuviera en un partido más, dirigió una serie memorable de 13 jugadas en la que avanzó 75 yardas sobreviviendo a tres terceros downs y diez yardas. Cuatro minutos y cincuenta segundos después, igual que amanece cada mañana y después del domingo llega el lunes, Burkhead corría para dos yardas y los Patriots de Tom Brady y Bill Belichick se clasificaban por tercera vez consecutiva, cuarta vez en cinco años, novena vez en dieciocho años, para jugar la Super Bowl. Y además contra los Rams, el equipo contra el que empezó todo. El origen de la leyenda de la mayor dinastía de la historia del football americano.