La incertidumbre de Pablo Ibar se prolonga hasta el 25-F

Después de que un jurado de 12 integrantes (ocho mujeres y cuatro hombres) declarara a Pablo Ibar, sobrino de Urtain, culpable de un triple homicidio cometido en 1994, en la segunda parte del juicio, que arrancará el 25 de febrero, se decidirá la condena: cadena perpetua o pena de muerte. Repasamos en estas líneas las claves del proceso y las opciones que se abren a partir de ahora.

Defensa. La estrategia se basó en intentar desmontar las evidencias de la Fiscalía, que salvo una nueva muestra parcial de ADN de Ibar eran las mismas que le inculparon en 2000 y que el Tribunal Superior de Florida consideró en 2016 "escasas y débiles" para ordenar repetir la causa. Los abogados, Benjamin Waxman y Joe Nascimento, no emplearon el testimonio de la hermana de Tanya Quiñones, mujer de Ibar: asegura que los dos pasaron juntos la noche en la que se cometió el asesinato de Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rodgers.

Veredicto. El jurado se sustentó en la declaración de un testigo, en unas imágenes de vídeo y en la prueba de ADN que apareció en la camiseta con la que se cubrió el rostro uno de los perpetradores. Esa muestra que pertenece a Ibar no se empleó en los tres juicios anteriores, lo que llevó a la defensa a argumentar que se trató de una contaminación de las evidencias. Las capturas de la cámara no ofrecieron certezas en cuanto al reconocimiento facial. Y en cuanto al testimonio, se desecharon las explicaciones de que fue manipulado por la Policía.

Sentencia. El mismo jurado que determinó la culpabilidad de Ibar propondrá el fallo. Tendrá que elegir entre pena de muerte o cadena perpetua. El juez, Dennis Bailey, tomará la decisión definitiva. Podría rebajar de pena capital a prisión de por vida, pero no agravar la resolución adoptada. Ibar, de 46 años, lleva 24 en la cárcel y 16 de ellos en el corredor de la muerte. En la penitenciaría de Raiford deberá esperar hasta que se produzcan la sentencia y el recurso.

Apelación. Si el jurado y el juez optan por la pena de muerte, la defensa recurrirá ante el Tribunal Supremo de Florida. Si se decantan por la cadena perpetua, ante la Corte de Apelaciones Estatal de West Palm Beach. En el primer caso, el proceso sería más rápido. No obstante, se estima que podría alargarse otros dos años. En cuanto a los argumentos para el recurso, los abogados empiezan a manejar dos líneas aparte de las inconsistencias denunciadas sin éxito: la extralimitación del fiscal, Chuck Morton, quien regresó de la jubilación y calificó a Ibar de asesino, y la decisión del juez de que el jurado no dispusiera de información acerca de la absolución de Seth Peñalver en 2012, el otro acusado por los mismos hechos.