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MONTAÑISMO

El español superviviente en Los Andes: "La avalancha la generamos nosotros"

Pablo Belmonte, el único superviviente en el accidente en Los Andes en el que fallecieron tres españoles y su guía peruano, ha hablado en El Larguero.

El español superviviente en Los Andes: "La avalancha la generamos nosotros"
El Larguero

Pablo Belmonte, el único superviviente de los cuatro españoles que iniciaron un ascenso en Los Andes en el que fallecieron tres de ellos y su guía, peruano, ha recordado lo ocurrido en El Larguero.

Estado: "Bien. Bien, bien. Mejor de lo que cabía esperar. Muy afectado, pero al final ahora recibo esta oportunidad que me ha dado la montaña para seguir aquí y... bien".

Lo último que recuerda: "Estuve consciente todo el rato. Digamos que la avalancha la generamos nosotros mismos por un tema de cómo la nieve se apelmaza según la temperatura y el clima; llevaba una semana haciendo el sol y debía estar lloviendo y nevando por el cambio climático... Se formó una capa de hiela bajo la nieve virgen que había caído la noche anterior. Digamos que teníamos una tormenta eléctrica a nuestro alrededor y decidimos bajar prácticamente corriendo, hacer una cordada de cinco. No recuerdo bien quién resbaló primero, recuerdo que un compañero me embistió, yo a otro, intentamos detener la caída, pero ahí generamos la avalancha que nos arrastró a todos. Yo iba el segundo. No sabría decir quién resbaló primero. Fuimos cayendo todos. No somos deportistas élite; hemos bajado más de una vez las montañas rodando o de culo".

Descenso complicado: "En los descensos tienes más probabilidades de resbalar. Has hecho cumbre, has conseguido el objetivo, y te relajas. Nosotros ni nos detuvimos a hacer la foto finish porque no teníamos los cojones de sacar el móvil por los rayos que estaban cayendo. Bajamos corriendo. Sabíamos que era peligroso. Es una montaña para principiantes, realmente era un 'paseíto'. Tardamos muchísimo porque nos detuvimos por el camino. Estuvimos jugando mucho rato. A la cumbre llegamos prácticamente a mediodía".

Lo que falló: "Eso nunca lo vamos a saber. Si no hubiese caído uno, hubiese caído otro, o un rayo... Cuando estás en la montaña sabes que estás expuesto a estos riesgos".

Cómo se dio cuenta de la tragedia: "Vamos los cinco atados a las cuerdas. La reacción es intentar frenar. El problema es que no era sólo nuestro peso, también el de los otros, y que estábamos patinando sobre el hielo. Es como si estuviéramos metidos en una lavadora o como cuando eres pequeño y una ola te arrastra y tratas de sacar la cabeza. Fue una caída larga, de bastantes segundos, creo que más de medio minuto cayendo sin parar. Llegamos anclados abajo. Ahí levanto la cabeza, me sacudo la nieve de la cara y mi reacción fue levantar la mano para chocar por la que acabábamos de liar. No sé por qué pasan estas cosas, pero mi casco está intacto, y no es que yo tenga una habilidad especial. Fue suerte, nada más. Ninguno levantaba la mano y ahí ya... Estuve con primeros auxilios un buen rato. Ahí te centras en lo primordial, luego lo segundo... No es ningún drama, no es 'mis amigos están heridos, qué voy a hacer...'. Cuando los estabilicé más o menos, el guía estaba medio consciente, pudo ponerse en pie, caminar; de hecho, los servicios de rescate le encontraron con signos vitales, aunque antes no estaba colaborativo, ni siquiera quiso descender conmigo. Los otros tres estaban inconscientes y fui a buscar ayuda desde una roca con un silbato, conseguí contactar con un ciudadano cualquiera y conseguimos comunicarnos a gritos y conseguí ayuda".

Amigos de siempre: "La primera vez que solicité ayuda fue entre las 13.30 o las 14:00 horas; la segunda vez eran las 18:00 horas y justo estaban llegando los equipos de rescate y, en ese lapso, estuve brindando primeros auxilios y te vas dando cuenta... La primera excursión que hice con ellos fue con 16 años, el Camino de Santiago, en bicicleta. Son amigos de la escuela. Somos del 92, tenemos 26 años, somos de la misma cuadrilla".

Su entereza: "Todas mis exparejas... bueno, es broma... Pero siempre me han dicho que soy un poco frío. La intensidad del momento, del accidente, la impotencia, el estar solo en la montaña con ese problemón... después de haber pasado eso, lo asimilé bastante rápido. Ya no es tan duro, tan intenso. Ahora estoy rodeado de compañeros que me hacen la vida bastante fácil aquí, en el hostal. Y creo que es momento también de volver a Barcelona, estar con el resto de amigos, volver a compartir con la familia. No sé cuándo volveré. Cuando me recupere un poquito de la espalda, no estoy en condiciones de volar ahora. Supongo que en una semana o diez días, para volver a celebrar con la familia y amigos. Estoy enteramente dolorido, son millones de pequeñas lesiones que no comprometen mi salud: tomar analgésicos y ya. Nada que no se cure con un poco de amor y tortilla de patata".

El tiempo, clave: "No tendríamos que haber llegado tan tarde. Igual en otra montaña de los muchos picos que hemos hecho con estos chiquillos nos hemos salvado por llegar tarde".

El último recuerdo: "Vivieron una vida plena, intensa, hasta el último momento. La última imagen que tengo de ellos, incluso empezando a caer ya, es una sonrisa. Estaban haciendo lo que les gustaba. No me cabe duda de que murieron siendo felices. Si hubiese sido uno de ellos, creo que también lo dirían de mí. Si hubieran sobrevivido, hubieran ido a otra montaña. Volveré a una montaña, seguro, y no sólo, con ellos".

Si lo hicieran otra vez: "Nuestro error es el típico error que cometen los alpinistas que acaban heridos, que es no darse la vuelta a tiempo cuando ves que las cosas están complicadas. Pero no lo hicimos".

Si volverá a esa montaña: "No creo, la verdad. Esa montaña es que tampoco tiene nada especial. También era una excusa para escalar en hielo, es la primera vez que contratábamos un guía".

Un mensaje a quien le escucha: "Quien nos conociera, ya sabe cómo eran los chiquillos, se los pueden imaginar con esa vitalidad y plenitud que siempre tuvieron, y es así como acabaron en este mundo. De verdad que eran personas lindas, increíbles. Quiero dar las gracias tanto a las familias como a los amigos que han hecho que esas personas sean así de especiales".