Gisela Pulido y sus nuevos retos: "El Everest es surfear Nazaré"
En una entrevista a Europa Press la surfista española mainfestó cómo se ha adaptado a los cambios del Kitesurf al Surf y cómo afronta el medirse a la principales olas del mundo.
La diez veces campeona del mundo de kitesurf Gisela Pulido ha asegurado que su decisión de dejar su disciplina y afrontar el reto de surfear las olas más grandes del mundo se debió a que quería enfrentarse a ella misma y "a la naturaleza", una aventura que recoge el documental de Movistar 'The Unfold: Episode 1', y ha explicado que entre todos los gigantes de agua su "Everest" en la portuguesa Nazaré.
Han pasado ya dos años desde que, tras ganar su décimo Mundial de freestyle, decidió dar un cambio de rumbo a su vida. "El proyecto principal fue hace dos años, cuando dejé de competir, que quise empezar a hacer retos en los que me enfrentase a mí misma, a la naturaleza; uno de ellos fue cuando crucé las Islas Canarias con el kite", relató en una entrevista con Europa Press.
Sin embargo, a partir del año siguiente empezó a pensar "en algo más grande" y fue entonces cuando surgió la idea "de empezar a surfear olas grandes". "Las olas grandes no siempre están ahí, sino que es algo que sucede cuando la naturaleza te lo da. En el documental se ve desde cómo se ha pensado el proyecto hasta cómo se ha plasmado. Hablo de mis inicios, de mi transición del freestyle a las olas, de la preparación y de la primera ola que surfeo en Hawái", subrayó.
Su reto, además, vino acompañado del apoyo de Movistar. "Se lo cuento a Telefónica, con los que llevo toda la vida, desde que tenía diez años; esa confianza que tienen en mí es increíble. No tenía ni idea de cómo iba a ser un reto así, de los pasos que necesitaba, cómo iba a ser el entrenamiento...", expuso.
Así, el pasado mes de abril se enfrentó a la espectacular ola Jaws, en Maui, Hawái, a la que ganó la partida y con la que volverá a verse las caras a principios de 2019. "Voy otra vez para Hawái en febrero o marzo, con la intención de surfear otra vez la ola Jaws, pero mucho más grande, y como preparación para el resto de olas, que van a ser Fiji y la Polinesia francesa", apuntó, recordando que en breve irá también "a Ciudad del Cabo a entrenar olas".
"NUNCA ES TARDE PARA APRENDER KITE, MI MADRE APRENDIO HACE DOS AÑOS"
La catalana, acostumbrada a competir en aguas calmas cuando reinaba en el kitesurf, ha tenido que modificar muchos aspectos de sus entrenamientos e incrementar su "trabajo mental", sobre todo con "mucho yoga". Otra de las claves ha sido mejorar su apnea. "En estático, aguanto cuatro minutos", señaló sobre el tiempo que puede permanecer sin respirar. "Hacemos ejercicios con pesa para subir las pulsaciones debajo del agua", añadió.
"Cuando estoy en Tarifa dedico mucho tiempo al entrenamiento físico y mental: yoga, entrenamientos en el gimnasio, kite... El entrenamiento técnico lo hago más cuando me voy a Hawái o estoy en Ciudad del Cabo. Además, vengo a Madrid y Barcelona por trabajo, por eventos, charlas...", relató sobre cómo es su vida diaria.
En cuanto al mayor reto entre las olas, Pulido lo tiene claro. "El Everest es surfear Nazaré. En Hawái es mucho más noble, porque es una ola que siempre rompe en el mismo sitio. Nazaré es superimprevisible, hay tres o cuatro picos que salen. Es impredecible, no sabes dónde va a salir, es una ola que muta, que cambia", indicó.
Entre sus grandes proyectos de futuro, tampoco se le escapa una posible vuelta al mundo, que haría en kite, aunque todavía es muy pronto para aceptar el desafío. "Es una cosa que se me ha pasado por la cabeza varias veces, incluso llegué a dibujar en un mapa los kilómetros que eran y los días. Eso para cuando tenga 40 años, porque es una locura", dijo entre risas.
"Físicamente hablando no sé cómo se podría hacer; una persona sola en un kite, ¿cómo duermes? ¿Dónde comes? No puedes cruzar el Atlántico de un día para otro. Me lo he planteado. Si pasas por el Cabo de Hornos son menos kilómetros, pero hace un frío de la hostia (risas), y si lo haces por el medio son más", prosiguió.
Por último, la barcelonesa señaló que "nunca es tarde para aprender kite", un deporte al que en los últimos años se ha apuntado su madre. "Mi madre, con 52 años, aprendió hace dos años. Vivía en Barcelona cuando mi padre y yo nos vinimos a Tarifa, y cuando creamos las escuelas de kite y se fueron haciendo un poco más grandes, la llamé y le dije 'mami, vente para Tarifa'. Ahora lleva la escuela de kite de Tarifa. Al principio le costaba, y ahora llega de trabajar, ni come ni nada y se va a hacer kite", finalizó.