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Las claves para encontrar al nuevo entrenador de Green Bay

El despido fulminante de Mike McCarthy coloca a los Packers en la ‘pole position’ a la hora de elegir a su entrenador principal para los próximos años.

Madrid
GREEN BAY, WISCONSIN - DECEMBER 02: Davante Adams #17 of the Green Bay Packers drops a pass during the second half of a game against the Arizona Cardinals at Lambeau Field on December 02, 2018 in Green Bay, Wisconsin.   Dylan Buell/Getty Images/AFP
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Dylan BuellAFP

¿Cuánto gana un entrenador de la NFL? Posiblemente sea una pregunta que muchos de vosotros no os habéis hecho nunca. En realidad, a nadie le importa demasiado porque es un sueldo que no tiene implicaciones en el límite salarial.

Pero ahora, tras el despido de Mike McCarthy por los Packers sí que es interesante saberlo. Y, sobre todo, interesa comparar su salario con el de un entrenador universitario para valorar la posibilidad de que el nuevo capataz del rancho de Green Bay pueda llegar desde las praderas de la NCAA. Sin despreciar a nadie, los Packers son una de las franquicias más nobles de la NFL. Un referente no solo en lo deportivo, sino también en lo institucional. No pueden permitirse el lujo de pinchar en una decisión tan crucial. Por principios y por prestigio. De hecho, su decisión de cortar a McCarthy con cuatro semanas de competición por delante no creo que sea fruto de un calentón tras una derrota inexplicable ante Arizona. Creo, quiero creer, que en Green Bay las cosas se hacen de otra manera y que Brian Gutekunst, su general manager, ha querido estar en la ‘pole position’ a la hora de elegir relevo en una temporada que apunta a que hasta un tercio de los entrenadores pueden perder su trabajo.

Green Bay podrá trabajar durante todo diciembre para encontrar al técnico ideal. Y nadie dará el sí quiero a ningún otro equipo hasta no estar seguro de que no tiene ninguna posibilidad de terminar en Winsconsin. Ahora mismo hay un puñado de personas que se acuestan todas las noches soñando con que recibirán una llamada del paraíso y eso debería facilitar el trabajo al equipo de Gutekunst.

Una patata caliente muy atractiva

El problema es que, aunque por los dicho en los párrafos anteriores pueda parecer lo contrario, el vestuario de Green Bay se ha convertido en una patata caliente y puede ser la tumba de cualquier entrenador. Ahora mismo hay una plantilla muy competitiva por mucho que su papel este año haya sido un desastre. Hay un quarterback, Aaron Rodgers, que para muchos es el mejor de la NFL… pero tiene ya 35 años y este año ha jugado el peor football de su carrera. ¿Ha sido por la lesión que ha arrastrado todo el año? ¿Falta de motivación? ¿Decadencia?

Eso significa que el hombre elegido no podrá permitirse el lujo de iniciar un proyecto. Tendrá que coger por los cuernos el que existe ya, ponerse a las órdenes de Gutekunst sabiendo que en esa franquicia el general manager es el que manda sin discusión, y conseguir que un Rodgers recién renovado gane su segundo anillo (como mínimo). Ahí está el listón. Y si alguien quiere ponerlo más abajo se engaña.

Pero incluso aunque logrará ese ansiado anillo para una franquicia que solo ha ganado dos Super Bowl en 27 años con Favre y Rodgers como quarterback, desde ya tendrá que trabajar en encontrar al heredero de Rodgers. Hace muchos años que el puesto de quarterback no ha sido un problema en Green Bay y es muy probable que en tres, cuatro o cinco años lo sea. Por eso, ese nuevo entrenador tendrá que acometer una reconstrucción complicadísima a medio plazo.

La obligación de ganar un anillo ya y la obligación de seguir estando en la élite después de Rodgers convierten el proyecto de entrenar a Green Bay en apasionante, pero también en un campo minado que puede aupar a la categoría de mito al protagonista, pero también destruir su carrera en tiempo récord.

Los sueldos son lo de menos con Green Bay por medio

¿Cuánto gana un entrenador de la NFL? Esa es la pregunta con la que abría el artículo y la respuesta es sencilla: McCarthy ganaba 6 millones de dólares al año. No era el mejor pagado, ni mucho menos, pero sí estaba en la élite. Jason Garrett cobra lo mismo por su trabajo en Dallas y, por encima de él solo hay ocho entrenadores. John Harbaugh gana 7 en los Ravens, Mike Tomlin 7 en Pittsburgh, Andy Reid 7,5 en Kansas City y Ron Rivera 7,75 en Carolina. Por encima de ese sueldo llegamos el póker de los supercontratos. Sean Payton gana 9 millones, Pete Carroll también 9, Jon Gruden 10 durante 10 años y Bill Belichick, el mejor pagado con diferencia, se lleva a su casa 12,5 milloncejos de nada.

Por hacer una comparación con el football universitario, Nick Saban gana más de 11 millones en Alabama, Jim Harbaugh gana 7,5 en Michigan, Urban Meyer 7,6 en Ohio State y David Shaw 6 en Stanford. Bob Stoops ganaba más de 5 en Oklahoma y Lincoln Riley, su sustituto y uno de los nombres que suena más fuerte como heredero, gana casi 5 millones de dólares. Como veis, prácticamente se gana lo mismo como entrenador de la NFL que de la NCAA

Ahora la pregunta es cuánto está dispuesto a pagar Green Bay a su nuevo entrenador. Gruden ha puesto patas arriba el mercado, pero en los despachos de los Packers no son muy de despilfarrar ni de pagar de más a nadie hasta que demuestra merecerlo. El contrato de 134 millones a Rodgers por 4 años con 98,7 garantizados quizá sea el adelanto de que algo está cambiando en la franquicia, pero no va ni con la filosofía del equipo ni con la mentalidad de una afición orgullosa de ser la propietaria de la franquicia darle una millonada a nadie. Demasiado que le conceden el honor de dirigir el equipo ¡Solo faltaba!

Todos los nombres para un vestuario mítico

¿Nombres? Estoy seguro de que si pudieran elegir a cualquiera, los Packers querrían tener en su banda a Bill Belichick o a Andy Reid como sueño húmedo, pero como eso no es posible, tendremos que especular con soluciones más razonables.

Joe Philbin ni en sueños. Creo que nunca he visto un interino tan interino. Y más sabiendo que justo ha sido el coordinador ofensivo, que es lo que de verdad ha apestado este año en el equipo. Me da la impresión que le han elegido a él solo para que quede claro, y no haya ninguna duda, de que no tiene ninguna posibilidad de seguir en la franquicia como nada a partir del 31 de diciembre.

Sí han salido los nombres de Brian Kelly (Notre Dame), David Shaw (Stanford) y Matt Campbell (Iowa State). No me creo a ninguno. El primero está en un lugar aún más prestigioso que Green Bay y con un programa más apasionante que nunca, Shaw es dios en Stanford y siempre le ha importado un bledo la NFL. Campbell es joven (39 años) y solo gana 3,5 millones en Iowa, pero firmó una extensión de contrato hace solo un año y parece bastante verde para la NFL.

Otro nombre que ha salido es el de Jim Harbaugh, pero tú y yo sabemos que si ficha en enero es casi seguro que en febrero ya no se hable con Rodgers y en marzo haya roto todos los puentes con Gutekunst. Quien no debería ser descartado es su hermano John, que este año ha sido cuestionado en Baltimore al mismo tiempo que él ha insinuado que tal vez necesita cambiar de aires después de tanto tiempo en los Ravens. Su problema es que lleva un tiempo sin dar con la tecla del coordinador ofensivo adecuado y en la entrevista con Gutekunst tendría que deslumbrar con una propuesta de staff técnico muy atractiva.

Lincoln Riley, favorito en la NCAA

También está sonando Lincoln Riley. Ha vuelto a meter a Oklahoma en la Final Four universitaria, es considerado un genio ofensivo y, a pesar de que en su universidad ya es un mito después de solo dos años como coordinador ofensivo y dos como entrenador principal, tiene solo 35 años, la misma edad que Rodgers, y tal vez poca experiencia para poder con el peso de la franquicia de Green Bay. El año pasado ya lo tentaron un puñado de equipos de la NFL, pero no consiguieron convencerle y dicen que haría falta una millonada solo para intentarlo. Por si fuera poco, en Oklahoma ha sustituido con éxito y sin complejos a un mito como Bob Stoops. Ya que hablamos de Stoops, hay quien asegura que saldría de su retiro a los 58 años si recibe una oferta de los Packers. A su favor, que siempre ha sido un genio creando ofensivas. En su contra, que a su edad nunca ha entrenado en la NFL. Aun así, y conociendo el conservadurismo de los Packers, seguro que su nombre está en la lista de posibles, y más sabiendo que vive en Chicago, a tiro de piedra.

Otro nombre que está ganado fuerza es el de Pat Fitzgerald, entrenador de la universidad de Northwestern. A sus 44 años tiene una profunda experiencia ya que lleva siendo head coach de los Wildcats desde los 31 y su salario es de solo 3,3 millones. Dicen que para sacarle de esa universidad haría falta aguarrás, pero de Chicago a Green Bay hay muy poca distancia y eso quizá le pudiera hacer cambiar de opinión. El gran problema es que es especialista en defensas y en la NFL actual no está muy de moda apostar por mentes defensivas por mucho que venga este año de ganar la división Oeste de la Big Ten.

Bruce Arians, entre los favoritos en la NFL

Ya dentro de la NFL vuelve a sonar el de siempre, Josh McDaniels, pero aunque los Packers le convencieran, todos sabemos que cuando volviera a Boston a hacer las maletas le estarían esperando Belichick y Kraft para invitarle a un refresco. Fin de la historia.

El nombre de John DeFilipo sale una y otra vez cuando se habla de futuros entrenadores principales y parece seguro que en enero esté a los mandos del aparato en una franquicia de la NFL. Ser coordinador ofensivo de los Vikings parece contar a su favor porque conoce la división al dedillo, pero esta temporada el juego de ataque de Minnesota no está siendo precisamente todo lo efectivo que se esperaba, con el juego de carrera simplemente olvidado. Zac Taylor, entrenador de quarterbacks de los Rams, y Eric Bieniemy, coordinador ofensivo de los Chiefs, también están en todas las quinielas para ser entrenadores principales en 2019, pero parecen demasiado verdes para Green Bay. Pete Carmichael, coordinador ofensivo de los Saints, sí tiene una larga trayectoria, pero parece un hombre demasiado gris.

Otra opción que quizá deberíamos poner en la parte más alta de la lista es Bruce Arians. Él ha vuelto a insistir en que solo volvería del retiro para entrenar a los Browns, pero seguro que cambiaría de opinión con una oferta en firme de los Packers. Si es verdad que su interés por los Browns radica en su intención de promocionar a Freddie Kitchens y convertirle en su heredero, seguro que no tendría problemas para convencer al actual coordinador ofensivo de Cleveland de que se fuera con él a Green Bay para ejercer ahí su labor de padrino. Arians, sin duda, le devolvería el espíritu guerrero a la plantilla de Green Bay y siempre ha sido un genio haciendo vestuario, que quizá sea el mayor problema actual del equipo, ha ganado dos Super Bowls como coordinador ofensivo y ha sido elegido en dos ocasiones entrenador del año. Una vez superado su cáncer y sus problemas de salud, probablemente sea la solución menos arriesgada a corto plazo para intentar que Rodgers gane al menos un segundo anillo antes de la retirada.

¿Cuánto gana un entrenador de la NFL? A quién le importa. Estoy seguro de que muchos entrenarían a los míticos Green Bay Packers hasta gratis.